¿Alguna vez deseaste lo que es imposible? ¿Que pasaria si eso se vuelve realidad?

jueves, 15 de mayo de 2014

Reencuentro.

De nuevo navidad. No parecía haber pasado tanto después de todo. Toda esa pesadilla parecía que había pasado hace décadas, pero no, solo diez años. Diez años desde que había peleado por mi familia. Ya no era la damisela en peligro. Ya era una más y podía enfrentar las cosas como lo hacía mi nueva familia.
Esa mañana, luego de haber estado estudiando para los finales de Literatura (aunque no hacía falta, pero quería gastar mi tiempo en algo), fui para la habitación donde estaba durmiendo mi hija junto a su “perro”. Reí sola de la ocurrencia. Aunque estábamos de visita con los Denali, ya ellos habían hecho una habitación para que mi pequeña fuera a verlos cuando ella quiera. Edward fue a cazar junto con Eleazar, Carmen y Tanya. Kate y Garret quedaron conmigo leyendo algo en el living. Me levante dejando los libros a un lado.
-¿Pasa algo, Bella? –pregunto Garret.
-No, solo iré a despertar a Nessie y Jacob. En unas horas saldremos para Forks.
-Te acompaño –dijo Kate también levantándose –quiero darle el regalo a Nessie apenas despierte –sonrió.
Fuimos ambas hacia la habitación de mi pequeña, la cual estaba llena de peluches, cuadros y posters de las bandas preferidas de mi hija. Cuando entramos sigilosamente, vimos que Jacob dormía despatarrado en el suelo cerca de la cama de Renesmee, donde ella dormía plácidamente.
Sonrío. Ya no era una pequeña más. Ya su aspecto había avanzado que ya parecía una adolescente. Estaba preocupada al no saber si iba a seguir creciendo, pero según Carlisle ella pararía de crecer en poco tiempo.
Me acerqué lentamente y la acaricie.
-Corazón, ya es hora de despertar –le susurré mientras acariciaba su pelo. Ella se movió un poco y abrió los ojos. Me miró y sonrió.
-Buen día, mamá –me saludó.
-Buen día, hija –le di un beso en la frente.
Kate fue y abrió el gran ventanal para que entre un poco de luz. Jacob se despertó y dio un  salto para levantarse. Garret apareció de la nada y se puso al lado de Jacob.
-¿Pasó algo? –se alarmó Jake.
-Nada paso, querido amigo –lo tranquilizo Kate y busco algo arriba del armario de Nessie –solo Navidad –sonrió y se acercó a mi hija –Feliz navidad, preciosa.
-Feliz navidad, niña –la acarició Garret –esto es parte de Kate y mía.
A Nessie se le ilumino la mirada. Amaba las sorpresas. Dijo “Gracias” y empezó a abrirlo rompiendo el papel. Era un hermoso y sencillo vestido azul con algunas perlas para decorarla.
-¡¡Es hermoso!! –dijo mi hija y salto de la cama para abrazarlos a ambos -¡¡Muchas gracias tía Kate y tío Garret!!
-Nos alegra que te guste, Nessie. De nada –sonrió Kate.
-Nessie, prepárate para viajar. En una hora salimos para la casa del abuelo –le indiqué- así que ve a bañarte y prepararte. Jacob, tu puedes ir a desayunar.
-A la orden, jefa –rió Jacob y le pegue despacio en su hombro – ¡ouch! ¡No vale pegar!
-Te dejamos para que te prepares –le dijo Kate a mi hija y salimos todos de la habitación.
Charlie venía de visita cada vez que podía y tenía vacaciones, pero ya los últimos años no podía venir y telefoneaba cada tres o cuatro meses. Igual íbamos cada navidad a visitarlo a él y a Sue.
Jacob fue para la cocina a preparar el desayuno para él y para mi hija. Garret lo acompaño para ver qué era lo que comía el lobo.
Kate y yo nos sentamos en los sillones justo en el momento que la puerta se abrió la puerta y entraron los demás miembros de la familia.
Tenían los ojos más dorados y llamativos, pero no importaba. Ya mi padre se había acostumbrado a los cambios así.
Edward vino y me dio un pequeño beso. Estaba riéndose de algo que seguro pasaba por alguna mente de ahí del salón.
-¿Cómo estuvo la cacería? –pregunte.
-Muy bien –me sonrió.
-Edward es un buen cazador de pumas…-dijo Carmen mientras se sentaba junto con Eleazar.
-Solo que nunca vas a poder superarme, Eddie –rió Tanya.
A falta de Emmett, hacia apuestas con Tanya. ¿Acaso esto pasaba en todas las familias vampiros?
-¿Nessie? –preguntó Edward.
-Recién se despertó. Se está preparando para ir a la casa de Charlie.
-Genial, voy a buscar su regalo al auto-dijo y desapareció. Detrás de él salió Jacob también. De seguro a buscar el suyo.
De la nada, sonó mi celular.
-¿Hola?
-¡Bella, no vayas para lo de Charlie ahora! Vayan directamente a casa que los estamos esperando  a todos –la voz de Alice con su tono de emoción me sorprendió.
-¿Alice? ¿Cuándo...como…? ¿No estaban en París junto con Jasper?
-Así es. ¡Pero volvimos para pasar Navidad en familia! ¿Cómo crees?-dijo mientras se escuchaba el motor del auto.
-¡¿Estás hablando por el móvil mientras manejas?! –exclamé.
-No va a pasar nada, tranquila. ¡Los veo en una hora y media! –me dijo y colgó.
Alice.
Llame a mi padre para avisarle que primero íbamos a pasar por la casa de Edward y luego íbamos para casa, pero me dijo que Alice lo había invitado a él y a Sue para tomar el té en la casa Cullen. Le dije que estaba más que bien y nos veríamos en unas horas.
Cuando corte, vi que venían Jacob y Edward cabizbajos.
-¿Qué paso? ¿Y los regalos?
-Alice nos amenazó de que si le mostrábamos nuestros regalos a Nessie antes del de ella, nos iba a arruinar nuestros autos…-explicó Jacob con un bufido.
-Y la muy desgraciada es capaz de hacerlo –gruño Edward.
Los demás reímos.
Nessie bajó a desayunar junto con Jacob y luego de unos regalos más de Tanya y Carmen, nos fuimos para casa.
Me imaginaba a Alice obligando al pobre de Jasper  yendo por todas las tiendas de París comprando regalos para Nessie y para vestirme a mí y a mis hermanos. Sí, era media insoportable, pero era parte de su encanto. La quería muchísimo, era mi hermana favorita. Se habían hace 5 años, pero venían de visita cada fin de semana que podían, ya que Alice se había hecho  cargo de una revista de moda allá, era una de las más grandes editoras.
Con respecto a Emmett y Rosalie fueron de visita a Roma, ya que Rosalie quería conocer desde que fueron por Garret. Pero se habían habituado tanto a ese lugar, que se quedaron a vivir un tiempo ahí. Llevaban ya 9 años y medio viviendo allá, y de verdad, los extrañaba muchísimo. Emmett trabajaba en una empresa de mudanzas y Rose en una tienda de flores. Algo muy sencillo, pero ambos eran muy felices. Y eso era lo que valía.
En el viaje, Renesmee leía el nuevo libro que Tanya le había regalado mientras que Jacob miraba por la ventanilla, perdido en sus pensamientos. Edward miraba la ruta y también estaba en sus pensamientos, mientras sonaba Claro de Luna en audio.
Cuando estábamos llegando, vimos que en la puerta dela gran casa estaban Carlisle y Esme muy sonrientes. Literalmente, estaban iguales. Con toda su perfección y hermosura intactas. Sus ojos demostraban cuan contentos estaban que sus hijos estén de vuelta en casa. Apenas frenó el auto, Nessie literalmente saltó del auto y fue al encuentro de sus abuelos. Ellos la recibieron con los brazos abiertos y la abrazaron muy fuerte. Salimos luego los demás al encuentro de ellos.
-¡Bella! –soltó emocionada mi suegra y me abrazo.
-Esme, te extrañe muchísimo –dije sincerándome.
-Nosotros también a ti –dijo Carlisle mientras me deba un beso en la frente.
De la nada, siento que me toman de la cintura, me elevan al aire y me abrazan.
-¡¿Qué demo…?! –solté y escuché una risotada. Esa risotada que me hacía sentir una niña nuevamente. -¡¡Emmett Cullen, bájame ahora!! –grite riéndome.
Se rió nuevamente y me bajo. Vi como venía Rosalie caminando con su paso tan común entre nosotros.
-Es un idiota, no le prestes atención –me dijo saludándome –tanto tiempo, Bella –me sonrió.
-Mucho tiempo a decir verdad –le sonreí de vuelta.
-Ay, no –exclamó mi marido.
-¿Qué sucede?
-¡¡WIIIIII, LLEGARON A TIEMPO!! –chilló una voz y corrió a mi encuentro. Me abrazó fuertemente y yo también a ella.
-Largo viaje, eh –dijo la voz leonina de Jasper a Edward saludándolo.
-Solo un poco.
-¡Ay, Bella, debes ver las cosas que trajimos para hoy! A Charlie y Sue le van a encantar, ya tengo tú vestido para ahora, igual que para Nessie. ¿Dónde está?-Nos dimos vuelta y Emmett y Rose estaban jugando con ella- Renesmee Carlie Cullen a la casa, ¡AHORA!  Debo probarte varios vestidos…
Y se iba hablando con mi hija que la llevaba de la mano.
-Bueno, creo que estamos todos –sonrió Carlisle –entremos a la casa.
Antes de entrar, Jacob se disculpó diciendo que quería ir a ver a su padre y a su manada, que luego vendría a ver a Nessie. Le dije que vaya tranquilo, que después lo veríamos.
Cuando entramos, noté unos cambios de muebles y demás cosas, pero nada fuera de lo normal. Lo que note, que en la sala, arriba del televisor, había un enorme cuadro con la foto familiar que nos sacamos en el primer cumpleaños de Nessie. Si se podía, mis ojos se hubieran llenado de lágrimas.
Realmente extrañaba a mi familia vampiro.
Después que Renesmee cumpla los 4 años, podríamos volver. O sino la gente se daría cuenta de su crecimiento. Solo debería aguantar.
-¡¡ISABELLA MARIE CULLEN, VEN YA A MI CUARTO!! –oí desde el piso superior. Conocía ese tono. Mire a Edward.
-¿Debería asustarme? –bromeé.
-Solo un poco –sonrió él y me dio un beso corto –Ve, que de seguro te gustara.
-Voy contigo –me dijo Rose-total, yo debo cambiarme también.
Paso su brazo amistosamente alrededor del mío y fuimos al piso superior. Golpeamos la puerta de la habitación de Alice.
-¡Adelante!-se escuchó su voz cantarina.
Cuando entré, solté un grito ahogado. Había millones de paquetes de compras por toda la habitación.
-Wow –soltó a medio sonreír Rosalie.
-Bella, tu ropa se encuentra en el baño. Cámbiate ya. Y Rosalie, tu ropa está arriba de aquel sillón…vamos, vamos, que enseguida llegara Charlie. Carlisle y Esme están preparando ya el té junto con los chicos.
-Diuj –solté audiblemente y me fui para el baño.
A los dos segundos volví con el vestido en la mano.
-¡¡ALICE, NO PIENSO PONERME ESTO!!
-Bella, no empecemos –me miró seriamente la duende.
-¡Es solo una reunión familiar!
-Y eso cuenta para ponerte ese vestido. Anda, vamos –dijo mientras seguía produciendo a mi hija.
Gruñí por lo bajo y me fui a cambiar.
Media hora después, Charlie llegaba a la casa Cullen junto con Sue  y sus hijos, Leah y Seth. Si podía ser posible, estos chicos crecieron aún más. Leah ya era toda una mujer por no hablar del joven Seth, siempre tan atento. Ahora era una versión de Jacob, pero parecía más maduro que mi antiguo mejor amigo.
Carlisle los recibió y los condujo al living, donde estábamos todos. Mi padre vino directamente hacia mí y me abrazo fuertemente.
-Hija, ¡Tanto tiempo! –sentí en su voz que aguantaba el llanto. Lo abrace y me acurruque en su pecho –Te extrañe tanto, mi pequeña…
-Yo también te extrañé, papá –dije sin soltarlo. Realmente lo había extrañado muchísimo.
-¡Abuelo!-gritó Nessie y se abalanzo a Charlie.
-Oh, tú estás cada día más parecida a tu madre –dijo con emoción en la voz.
Cuando todos terminamos de acomodarnos en la sala, llego Jacob con un enorme paquete (que de seguro era para mi hija) y entró a la sala.
-Uy, tengo que ir por el té –mencionó Esme.
-Déjame que vaya yo, Esme.
-¿Segura, cariño?
-Sí, no hay problema.
Fui para la cocina para poner agua al fuego y preparar las tazas. Empecé a pensar en cómo era la casa antes: los líos con Vulturis, lobos, nómadas, neófitos…criaturas que querían acabar con mi vida. Ahora todo estaba tranquilo y en paz como era antes. ¿Por qué no podíamos volver? La mayoría de mis compañeros se habían mudado, Nessie podría quedarse en casa, o en La Push mientras pasaba el tiempo.  Extrañaba mucho Forks, extrañaba a mi padre y a mi familia.
Me asome por la ventanita que daba al living.
Todos sonriendo, hablando, riéndose…todo en paz. Finalmente. Felices como debe ser.
De repente, siento unas manos que me sostienen de la cintura.
-Me encanta cuando haces de ama de casa –sentí su voz en mi oído.
-Las cosas aun no pasan de moda –sonreí dándome vuelta y pase mis brazos por su cuello.
Me beso profundamente, de esos besos que me dejaban dando vuelta a mi cabeza. Logre separarme y él sonrió, pero al verme a los ojos, noto algo extraño.
-¿Qué sucede? –me pregunto.
Suspiré.
-Estaba pensando en volver a Forks. Ya hace mucho tiempo que estamos lejos, Nessie extraña a su abuelo y a sus amigos de la Push…
-Mmm ¿Estas segura que solo es por Nessie y no es por vos también?
-Es por mí también –dije y me volví a asomar por la ventanita- es que…míralos…ya no hay motivo de peleas ni nada, ahora la familia esta finalmente en paz y feliz…como debería haber sido siempre. Entiendo que el crecimiento de Nessie no debe ser visto por nadie, y que yo ya debería estar en la facultad, pero podríamos ir a la de acá, y ser falsos profesores. Ya Renesmee no crecerá más. Volvamos. Por todos, por nosotros…-suspiré.
Sentí nuevamente sus manos en mi cintura.
-¿Sabes? Alice y Jasper ya no van a volver a Paris y Rosalie y Emmett planean volver la semana que viene…podríamos imitarlos. Debo ganarle unas apuestas a Emmett –sonrió.
Me di vuelta y lo besé.
-Me haces muy feliz.
-Te amo.
-Te amo.
Y nuestros labios volvieron a juntarse.

La familia Cullen había vuelto.