El factor tiempo no me afectaba. No habia
pasado nada. Solo el fuego continuaba insesantemente y mi dolor, pero nada más.
El latido de mi corazon desaforado estaba ahí. Podia escucharlo. Habia una
respiracion superficial en ese momento. Alguien estaba conmigo ahí. No sabia si
era Edward o Alice, pero alguien estaba.
Mi sentido del oído se hizo más y más claro, y
podía contar los latidos frenéticos de mi corazón marcando el tiempo.
Continuaba haciéndome fuerte, mis pensamientos
se hacían más claros. Cuando nuevos sonidos llegaron, podía oírlos.
Había claros pasos, el susurro del aire
impulsado por una puerta abierta. Los pasos se acercaban más, sentí presión en
la parte interna de mi muñeca. No podía sentir el frío de esos dedos que
debieron estarlo. El fuego había herido toda memoria del frío.
-¿Alguna novedad? –preguntó Carlisle.
-Ninguna –la voz de Jasper me habia tomado
desprevenida. El estaba conmigo.
La presión ahora más clara, respiraba contra
mi piel quemada.
-No hay olor de la morfina.
-Si, lo note.
-Jaz, ¿puedes oirme?
No podia contestar. Todo estaba inmovilizado.
¿Estaria muerta en vida? Eso seria mucho peor. Intenté mover la boca. Pero
nada, seguia como el de una estatua. Senti otros pasos llegando a la
habitacion. Se detuvo a unos pasos de donde estaba Carlisle.
-¿Hay algun cambio? –la voz de Alice me
tranquilizó un poco, pero aun asi no bastaba.
-No lo hay.
-Ella debe estar agonizando.
-No sabemos eso. Tenía tanta morfina en su
sistema que no podemos definir el efecto que tendría en su experiencia.
Sentí una presión débil en mi codo. Otro
susurro.
-Jaz, lo siento…
No podia pasarme esto. El fuego seguia en mi
sistema, no podia quejarme y la voz de Alice era la peor tortura. Intente mover
mis labios, pero de nuevo estaban quietos. Maldicion.
-Habra que seguir esperando.
-Yo me quedare, amor –contestó Alice –ve de
caza.
-Esta bien –accedió Jasper y senti dos pares
de pisadas que abandonaban el cuarto.
La presion en mi mano era la de Alice
besandola.
-Jaz, aguanta. Si me estas escuchando, solo
aguanta un poco mas…
Bella me habia dicho un secreto para saber
cuanto tiempo me quedaba. Si alguien estaba conmigo, podia contar la cantidad
de respiraciones. Eso podia hacerlo. Alice respiraba bastante fuerte, asi que
no fue ninguna dificultad. Diez mil, treinta y cuatro respiraciones despues me
acorde de mi hermana. ¿Cómo estaria? ¿Ya la habian transformado? ¿Estaria ella
ya como una verdadera Cullen? Estaba sumamente intrigada. La última vez que la
vi, estaba inconciente en los brazos de Emmett. No sabiamos que habia pasado
con ella. ¿Lo estaria averiguando? Treinta mil, quinientos treinta y tres
respiraciones después, unos pasos diferentes susurraron en la habitación.
Fuertes y secos.
Era extraño que yo pudiera distinguir la diferencia
entre los pasos que nunca había sido capaz de oír.
-¿Cuánto más? -Edward preguntó.
-No será mucho ya -contesto Alice con voz
apagada -¿Ves cuán clara se está volviendo? Puedo verla mucho mejor.
Hubo un largo momento de silencio. Y luego Edward musitó. Era un nuevo sonido, más
feliz.
-Ella realmente va estar bien -suspiró.
-Claro que si.
-Tu no estabas tan optimista dos días atrás.
-No podía ver bien hace dos días. Pero
ahora estás libre de todos esos puntos ciegos. Es mejor.
-¿Podrías concentrarte por mi? En la hora dame
un aproximado.
Alice musitó.
-Está bien. Dame un segundo.
Respiró despacio.
-Gracias, Alice -su voz era más optimista.
Las palabras
de Alice me dieron la esperanza que quizá no parecía un pedazo de galleta
quemada. Era como si ya debería estar una pila de carbonizados huesos.
Cada célula en mi cuerpo había sido reducida a ceniza.
Edward
queria hacer un cambio y quedarse el.
El cambio de
guardia para cuidar a la galleta quemada.
Escuche la
brisa cuando Alice salió del cuarto. Oí el rozar de la tela cuando ella se
movió. Oí el zumbido de la luz colgando del techo. Oí el débil viento
cepillando contra la parte de afuera de la casa. Podía oír todo.
Abajo,
alguien estaba viendo un partido. Los Jetts ganaban por dos. Escuchaba un
corazon latiendo normal. Podria ser el de Renesmee. Me concentre en sus
latidos.
Cincuenta mil, trecientos dieciocho y medio segundo
después, el dolor cambió.
Una de las
cosas de la parte buena, empezó a irse desde la yema de mis dedos de las manos
y de los pies. Se estaba yendo lentamente, pero al menos era algo nuevo.
Esto tenía que ser. El dolor estaba saliéndose…
Y luego
malas noticias. El fuego en mi garganta no fue lo mismo de antes. No solamente
ardía, sino que también me la secaba. Tan seca como hueso. Tan sedienta. El
fuego quemaba, y quemaba la sed.
También
malas noticias: el fuego dentro de mi corazón se hizo peor.
¿Cómo era
eso posible?
Mis latidos,
ya demasiado rápidos, se levantaron y el fuego condujo su ritmo a un nuevo paso
frenético.
-Carlisle- Edward
llamó. Su voz era baja pero clara. Yo sabía que Carlisle lo oiría, si estuviera
cerca o en la casa.
El fuego se
retiraba de mis palmas, dejándolas felizmente sin dolor y frías. Pero se
retiraba a mi corazón, el cuál ardió y latió a una nueva furiosa velocidad.
Carlisle
entró en el cuarto, Alice a su lado. Sus pasos eran tan distintos, incluso
podía decir que Carlisle estaba en la derecha, y un pie delante de Alice.
-Escuchen.
El sonido
más alto en el cuarto era mi frenético corazón, punzando al ritmo del fuego.
-Ah -dijo
Carlisle- Ya casi termina.
Mi alivio en
sus palabras fue eclipsado por el dolor insoportable en mi corazón.
Mis muñecas
estaban libres, mis tobillos también. El fuego se había extinguido por completo
allí.
-Falta poco
-agregó Alice impaciente- Traeré a los otros. ¿Debería tomar Nancy…?-
-Sí, matenla
alejada…
¿Qué? No. ¡No!
¿Qué quería decir? Mantener a mi hermana alejada. ¿En qué estaba pensando?
Estiré mis
dedos, la irritación se abrió camino a través de mi perfecta fachada. El cuarto
estaba silencio a no ser por el martilleo de mi corazón mientras ellos
contenían la respiración por un segundo en respuesta.
Una mano
apretó mis voluntariosos dedos.
-¿Jaz?
El fuego
rasgó más caliente todavía a través de mi pecho, viniendo de mis codos y
rodillas.
-Los traeré
ahora mismo -dijo Alice, con un ligero tono urgente, y yo escuche el sonido del
viendo mientras se alejaba.
Y
luego…paso.
Mi corazón
se salió, golpeando como las asas de un helicóptero, el sonido como sola nota
sostenida; sentí como si esto demoliera mis costillas. El fuego flameó en el
centro de mi pecho, absorbiendo las últimas llamas de fuego del resto de mi
cuerpo para abastecer de combustible la más grande quemadura. El dolor era
suficiente para atontarme, para atravesar mi control de hierro en el juego. Mi
espalda se arqueó, doblada como si el fuego me arrastrara hacia arriba desde mi
corazón.
Dejé que
ninguna otra pieza de mi cuerpo rompiera fila mientras mi torso estaba caído
hacia la cama.
Se convirtió
en una batalla dentro de mí. Mi sobresaltado corazón hacía carrera contra el
fuego. Los dos iban perdiendo. El fuego estaba condenado, habiendo consumido
todo lo que le servía de combustible; mi corazón galopeó hacia su último
latido.
El fuego se
restringía, concentrándose dentro de ese único órgano humano con una oleada
final, insoportablemente. La oleada fue respondida por un profundo ruido sordo,
como un hueco. Mi corazón tartamudeó dos veces, y luego sonó quieto de nuevo
sólo una vez más.
No había
sonidos. No respiraciones. Ni siquiera las mías.
Por un
momento, la ausencia del dolor fue todo lo que yo pude comprender.
Y luego abrí
mis ojos.
Bueno, hasta aqui llego esto. Gracias a todos los que leyeron esta novela que me costo bastante hacer, me tomo mucho tiempo, pero bueno. Valio la pena. Agradezco a mi hermanita twilighter Romina que desde el comienzo fue la primera que lo leyo y me siguio dando impulso para que siguiera escribiendo :) te quiero mucho Romi!!
y por supuesto gracias a Stephenie Meyer por crear Twilight Saga y a estos hermosos personajes que me inspiraron a escribir esto.
Todos los personajes, lugares y demas pertenecen a Stephenie Meyer, menos Jazmin y Nancy Cullen que son de mi invención.
Dedicado a Nancy Monte. Te extraño mucho, mi hermanita Alice.
Bueno, hasta aqui llego esto. Gracias a todos los que leyeron esta novela que me costo bastante hacer, me tomo mucho tiempo, pero bueno. Valio la pena. Agradezco a mi hermanita twilighter Romina que desde el comienzo fue la primera que lo leyo y me siguio dando impulso para que siguiera escribiendo :) te quiero mucho Romi!!
y por supuesto gracias a Stephenie Meyer por crear Twilight Saga y a estos hermosos personajes que me inspiraron a escribir esto.
Todos los personajes, lugares y demas pertenecen a Stephenie Meyer, menos Jazmin y Nancy Cullen que son de mi invención.
Dedicado a Nancy Monte. Te extraño mucho, mi hermanita Alice.