¿Alguna vez deseaste lo que es imposible? ¿Que pasaria si eso se vuelve realidad?

viernes, 24 de septiembre de 2010

13. Libro de Heridas

No sentí nada mas.

Solo que parecía que cayó un rayo cerca nuestro. El suelo tembló. Supe que ya no estaba en el mundo. No sentí nada en mi cuerpo. Nada pesado ni nada que me sostuviera. Extrañada, pensé que toda mi vida creí que la muerte era algo terrible que iba a sufrir, una tragedia…pero en ese momento la muerte me pareció lo mas tranquilo que me había pasado. Una tranquilidad incomparable.

-¡Jazmin!... –escuche una voz a lo lejos. ¿Serian mis padres esperándome en algún lugar? No había túnel. Que decepción -¡¡¡JAZMIN!!! -La voz era mas cercana, mas conocida y menos mística. Era la voz de… ¿Alice? -¡¡¡Jazmin, por favor, contéstame!!!

Su voz estaba sumergida en una tristeza. Quería poder moverme, pero mi cuerpo no me respondía. Algo paso. Mi cuerpo parecía desconectado de mi mente. El sollozo de Alice era la peor tortura que podía escuchar.

-¡¡¡JAZMIN, DESPERTATE POR FAVOR!!!

De pronto sentí una mano fría que me tomaba de la muñeca. Por lo menos mis sentidos estaban.

-Tiene pulso –la voz de Carlisle sonaba preocupada –esta conmocionada.

-¡Jazmin! ¿Me escuchas? –la suplica de Alice me hacia peor…y creo que mis lagrimas traicioneras salieron haciendo caso omiso a mi petición de quedarse en mis ojos –Carlisle, esta llorando… hace algo por favor…

-Jazmin, ¿me escuchas? Hace lo que puedas si me escuchas –el tono de Carlisle era firme y conciso. No se como hice, pero debilmente moví el dedo índice de mi mano derecha. No fue un gran movimiento, pero seguro que Carlisle notó la diferencia –Nos escucha…

-Gracias a Dios –la voz de Esme era la que mas me tranquilizaba.

-Jaz, estoy aquí –la voz de Alice era mas tranquila –tal y como lo prometí…

Me tomo de la mano. Su frío contacto no me hizo cambio alguno. Intente abrir mis parpados, pero fue en vano.

-Esme, tranquiliza a Nancy –indicó Carlisle. ¿Mi hermana estaba ahí? –y llevala hasta la casa. Yo me encargo de Jazmin…

No queria que Nancy me viera como estaba. Aunque ni siquiera sabia como estaba yo. Un dolor horrible en mi cuello me daba la confirmación de que Reneesme me habia mordido. La mano de Alice todavía la sentía en la mía.

-Vamos a tener que llevarla hasta mi oficina.

-Esta bien –dijo Alice. En un momento, sentí otra mano en mi brazo.

-Quedate tranquila, Jaz. Vas a estar bien –la voz de Jasper estaba acompañándonos.

Sentí dos manos que me tomaban de mis hombros y otras de mis pies. Luego un pequeño viento. Sin darme cuenta, ya estábamos en el pequeño sanatorio que tenía Carlisle en el tercer piso. Lo pude identificar por el olor a hospital que tenia, ese olor a alcohol etilico y esas cosas.

Carlisle le pidió a Alice y a Jasper que esperaran afuera. A regañadientes Alice se fue. Jasper no se movió, sentía su respiración fuerte.

-Jasper…

-Quiero quedarme –casi gruño.

-No es conveniente…

-Carlisle…quiero quedarme.

Suspiró.

-Esta bien –dijo Carlisle.

Sentía que Carlisle me revisaba mis brazos, mis piernas y mi cuello. Tenía un dolor punzante en mi brazo derecho. Tal vez después de morderme en el cuello, me mordió en la muñeca. ¿Esto era lo que pasaba cuando te convertías? Bah, no era nada. Sentí que la puerta se abría.

-¿Cómo esta? –pregunto la voz aterciopelada de Edward. Jasper gruñó.

-Vete Edward.

-Quería pedirte disculpas. Reneesme va a ser castigada debidamente.

-Si, seguro –la voz de Jasper era mas profunda y amenazadora.

-Por…favor... n…no… peleen -¿esa era mi voz? Parecía un susurro. No tenia fuerza, para nada. Intente abrir mis ojos pero mis parpados pesaban bastante.

-Jaz… -la voz de Edward me ponia peor.

-Reaccionó…eso es una buena señal –apuntó Carlisle.

-Pequeña, no hables –Jasper estaba a mi lado, me tomo de mi mano y comenzó a acariciarme mi cabeza –ya te vas a sentir mejor.

-Es mejor que salgan –indicó Carlisle firmemente – voy a aplicarle suero y la anestesia.

-¿Qué paso, que es lo que tiene? –la voz de Jasper estaba realmente preocupado.

-Reneesme le quebró el brazo derecho. No es nada grave, pero voy a tener que ver si no tiene una costilla rota.

-Voy a estar afuera, ¿si? –me siguió susurrando Jasper –por favor, llamame si pasa algo –le dijo a Carlisle.

-Quedate tranquilo, hijo –la voz de Carlisle era el de un profesional –ella va a estar bien.

Escuche la puerta abrirse y cerrarse.

-Bueno, Jaz. Todo va a estar bien. Voy a ponerte la anestesia para ponerte el brazo en el lugar…

-¿Me…con…convirtió? –pregunte de repente.

-¿Cómo? –respondió Carlisle.

-Reneesme… ¿m…me…convirtió?

Carlisle hizo una pequeña risita.

-Es lo que desea –hizo una pausa -No, Jaz. Reneesme, como es mitad humana y mujer, no puede convertir a nadie. Solo los hombres de su especie pueden. Ella es una hibrida, ¿te acordas?

-Mal…dición –solté. Carlisle lanzo una pequeña risa.

-Ahora respira hondo que voy a inyectarte…

Le hice caso. A los pocos segundos, sentí como todo iba desapareciendo a mi alrededor y finalmente no senti nada mas.

Me desperté y tenia un horrible dolor de cabeza. Apenas podía abrir mis ojos. Todavía estaba en la camilla. Mire mi brazo izquierdo y tenia un catéter que iba hasta algo que colgaba de la camilla. Quise mover mi cuello para ver mejor pero no pude. Una punzada en el cuello hizo que soltara un pequeño gemido de dolor y volviera a mi posición principal.

-¿Jaz? –el susurro de Alice atrajo mi atención.

-¿Alice?

-Si, aquí estoy –note que había un pequeño velador encendido del otro lado de la habitación. En dos segundos, estuvo sentada en mi cama -¿Cómo te sentís?

-Me duele mucho el brazo y la cabeza –en ese momento, moví mi brazo derecho, pero note que estaba pesado. Hice un pequeño esfuerzo y lo puse encima de mi estomago. Tenia una escayola. Genial. Algo mas para mi libro de heridas. Alice noto que estaba media enojada, así que lo acaricio un poco y me tomo de la mano.

-Tranquila. Es solo una herida.

-Una mas para mi colección.

Ella rio bajito. Su risa era como una hermosa melodía. Se notaba feliz, como aliviada. La mire y sonreí.

-¿Puedes contarme que paso? –pidió.

-Si, eso creo –trate de recordar. No era fácil –a la noche estaba en mi cuarto por irme a dormir, cuando encuentro una nota…

-Si, la vi. La tenias en el bolsillo de tu jean.

-…como me carcomía la duda de que quería Reneesme, tome mi anorak y me fui al claro. Empezamos a hablar bien, pero ella no controlo su ira y discutimos muy fuertemente. Hasta que ella me dijo que no debí venir a Forks. Estaba rompiendo los corazones de todos: Taylor, Seth…Edward –suspire –me dijo que todo el tiempo estuvo mintiendo, que nunca me quiso. Especialmente desde que se entero de lo que yo era para su padre. Le dije que ella no sabia lo que decía. Me respondió que no era quien para decirle lo que sentía. Le pedí perdón porque no era mi culpa. Me dijo que gritara lo que pensaba y estaba…mas que furiosa. Le grite que no era mi culpa que su familia me quisiera. Me grito maldita mortal y se tiro encima de mí… -suspire. No quería decirle lo que estuve pensando mientras ella me atacaba. La iba a herir –luego me mordió. No sentí nada mas, solo como un pequeño rayo que cayo cerca de nosotras…

Alice, que se había mantenido callada, lanzo una pequeña sonrisa.

-Ese trueno fue el golpe de Jasper contra Reneesme…

Quede dura.

-¿En serio?

-Si –su mano corria los pequeños cabellos que estaban en mi rostro.

-¿Cómo me encontraron? –tenia que sacarme la duda. La verdad que no tenia idea.

-Fue un susto horrible –sus ojos se apagaron –estaba vigilándote, pero de repente desapareciste. Me desespere. Corrí hacia la habitación de Edward y le dije que si te había visto. Me contesto que no y me pregunto por Reneesme. Tampoco la había visto. Te buscamos por todas lados, hasta que…recibí la visión. Nessie atacándote. Edward, apenas leyó mi mente, llamo a Jasper y empezó tu búsqueda. Cuando Jasper te vio, corrió y la empujo a Reneesme. Edward lo separo de ella y la atrapó. Jasper corrió detrás de ti para ver si estabas viva, pero no contestabas. Nos llamo a todos y…bueno, lo demás lo sabes.

-No quería ocasionar problemas…te juro que…

-Tranquila, no es tu culpa –me acarició mi rostro mientras el suyo estaba como preocupado –Edward hablo con Reneesme…

-¿Y que ocurrió?

Lanzo un pequeño bufido. Se paro y fue a verificar lo que colgaba de la camilla, que ahora pude ver que era sangre.

-¿Sangre? –susurré.

-Reneesme te mordió el cuello. Estuviste a punto de desangrarte.

No podía sentirme peor. Aparte de ser la peor pesadilla de Reneesme, era una tentación para cualquiera de la familia. En ese momento, me puse tensa.

-¿Esto…no te afecta?

-Solo un poco –sonrió y lo miraba –Edward me explico como hacerlo.

-Entiendo.

Se volvió a sentar en la camilla.

-Además, no huele bien.

-Creo que eso me tranquiliza –arrugue mi ceño.

Ella lanzo una pequeña risa.

-Perdoname que hice esto –solté –se que no debo estar a solas con alguien que no esta acostumbrado a la sangre humana…

-No es tu culpa –respondió –confiaste como debías confiar, pero Reneesme cambió –movía la cabeza como queriendo negar lo innegable –esto…ocasiono que los Vulturis tomaran la decisión…

-¿Y? –pregunté yo.

Hizo un silencio. Creo que no queria aceptarlo, pero era inevitable. Esto no podia mejorar jamas.

-Van a venir.

Genial. Era justo lo que necesitaba. Los Vulturis iban a venir y no justamente a tomar el té. Iban a verme a mi y a mi hermana, y…no, no podía permitirlo. Necesitaba transformarme lo antes posible. Necesitaba hablar con mi hermana.

-¿Dónde esta Nancy? –pregunte inmediatamente.

-Esta abajo junto con Rosalie –iba a hablar, pero algo que dijo Alice me detuvo –estuvo llorando estas horas que estuviste así…nadie pudo consolarla.

-¿Horas? –dije yo -¿Qué día es?

-Es la madrugada del sábado.

-Maldición, ¿tres días estuve así?

-Perdiste mucha sangre. Y lo peor…es que pensabamos que Reneesme pudo transformarte. No sabes como le costo a Jasper traerte junto con Carlisle.

A una semana de mi cumpleaños. Esto no se iba a curar así no mas.

-No creo que esto no se cure en una semana –solté.

-No te preocupes por eso –estaba resignada –lo cancele todo. No quería que lo pases así…

Suspire. Esto iba a costar caro.

-Quiero que lo hagas igual.

-¿Cómo? –se levanto -¡No, no estas bien! ¿Cómo en tu cumpleaños vas a estar así?

-Alice –la mire –es mi ultimo cumpleaños –su rostro se crispo con la idea. Hasta a mi me dolio, pero ¿Cómo ibamos a sobrevivir a los Vulturis? -Quiero hacerlo.

-No creo que sea buena idea –me miro –luego lo discutiremos. Voy a hablar con Carlisle –se acercó a mi rostro y me beso la frente –te quiero.

-Yo tambien –le sonreí.

Salio con sus pasos de bailarina clásica. Apoye mi cabeza en la almohada. Me dolía todo. Maldita suerte la mía. Estos eran mis últimos días y tuve mas accidentes que Nazareno en las cámaras ocultas de Tinelli. Enfrente de la camilla, note que había un espejo. Era loca la idea, pero tenia que intentarlo. Trate de sentarme en la camilla sin sacar las piernas debajo de la sabana. Logre hacerlo y me mire. Estaba extremadamente pálida y ojerosa. Parecía una Cullen mas que nunca. Note que en el lado derecho de mi garganta tenia una gasa cubierta de sangre. Parecía feo, pero igual quería ver que había pasado. Trate de sacar la gasa para ver la herida, pero nunca llegue a hacerlo.

-Ni se te ocurra sacarte la gasa de la garganta –una voz interrumpió mis pensamientos –no quiero pelear con vampiros peleandose por entrar al cuarto.

-Seth, ¿Qué haces acá?

-Quise saber como estabas –parecía medio enojado –parece como que te hubiera caído un tren encima.

-Parecido. Una vampiro –intente sonreír, pero de seguro me salio cualquier cosa.

-¿Qué le hiciste a Reneesme para que te haga semejante cosa?

-Creo que solo caerle mal –mi tono era totalmente sarcastico –la verdad…no importa ya.

-Edward la obligó a irse a Canadá –murmuró mientras caminaba por la habitación – Jacob esta furioso.

-Genial. Sigo arruinando vidas.

-Es solo…hasta tu cumpleaños me parece –murmuró aun mas bajo. Parecia realmente apenado. Suspiro –lo siento.

-¿Por qué? –solté.

-Por lo del otro día –se sentó en un pequeño sillon que acercó a la camilla –no debi actuar de esa forma. Y si ese chico te gusta…bueno, no soy nadie para detenerte…

-No lo quiero…de esa forma, Seth –solté –es solo mi amigo…

-¿Un amigo le manda rosas a su amiga? –sonrió.

-Parece que andas juntandote mucho con Alice.

Sonreimos los dos. Miró mi cuello y luego mi brazo. Soltó un bufido. Lo notaba medio raro, pero no queria hechar mas leña al fuego.

-¿Mi hermana? –pregunte.

-Esta abajo, con Rosalie. No se anima a venir a verte. Esta rara…esta muy callada.

-¿No tenes idea que le pasa?

-No, pero me gustaria…Embry tambien la nota mal.

Me hubiera gustado que mi hermana estuviera cuando desperte, pero a la vez no. No sabia que decirle ni como mirarla. Era mejor que no me viera en esta forma. De repente, bostece.

-Te dejare dormir –dijo y se levantó.

-No, por favor –suplique –quedate.

Levante mi brazo sano lo mas que pude para tomarle de la mano. El sonrió.

-Me quedo –soltó.

Unos minutos despues me quede dormida teniendo su mano en la mia infundiendome el calor que solo un lobo podria dar.

sábado, 11 de septiembre de 2010

12. Cambios



-Estas loca –le dije a Alice cuando me mostró las invitaciones para mi fiesta de cumpleaños, el cual faltaba ya dos semanas –estas totalmente mal.

-¿Por qué? –sus ojos llenos de inocencia y preocupación se dirigieron a mi -¿hice algo mal?

-No es eso –la consolé –solo que…estamos en una situación difícil en la familia y no creo que sea motivo para hacer una fiesta –aparte de que no me gustan dije dentro mío.

-No te preocupes –me sonrió –un perro no nos va a arruinar la fiesta –hizo una sonrisa que me hizo sentir que en algo se parecía a Edward. Le devolví la sonrisa.

Toco el timbre del cambio de horario. Era martes, estaba con Alice en Física, ahora me tocaba la hora de Cálculo. Era la materia donde estaba sola, sin ningún familiar cercano.

-¿Y? ¿Cuándo te vas a volver a ver con Taylor? –su tono era de complicidad mientras caminábamos por el pasillo del instituto.

-No lo se –respondí ya que se había ido a ver a su abuela en Seattle –pero prometió estar para mi cumpleaños.

-¡Hacen una pareja tan linda! La semana pasada estuvo muy atento–chilló tomándome del brazo y pasando su brazo alrededor del mío.

-Alice, no estamos saliendo. Solo somos amigos.

-Ay, Jaz, ¿Qué clase de amigo te regala un ramo de rosas antes de viajar?

-Uno que… -no entiende las directas me respondí a mi misma -…es bueno con su amiga.

-Si, seguro.

Nos separamos en la puerta de Calculo. Entre y me senté en mi lugar habitual, junto con Hayley.

Hayley demostró ser buena amiga. Aunque no me sentara con Josh, Zack, ella y los demás en la hora del almuerzo, en la hora de gimnasia me salvaba de varias pelotas que volaban alrededor mío y me ayudaba en lo ejercicios de Calculo. Lo bueno de ella, a diferencia de otras personas, era que no se metía en mi vida privada. Hablábamos de cosas que nos gustaban y de pasatiempos, pero nunca me preguntaba de mi familia y de mi vida personal. Estaba bueno. Me hacia sentir bien. Era mejor la relación que tenia con Hayley que con Nancy.

La hora de Calculo era aterrador, ya que se me complicaba mucho. Nos dio unos ejercicios de practica sobre algoritmos y no se que mas. Mientras salía, Hayley estaba mirándome. Yo le sonreí.

-¿Pasa algo? –pregunte.

-Nada…solo que… -empezó a tartamudear. Estaba nerviosa, porque no me miraba a los ojos –me preguntaba si te molesta que hoy me siente contigo en la hora del almuerzo… -me tomo desprevenida. Rápidamente empezó a aclarar –no aceptes si no quieres, solo que me pelee con Josh. Es un idiota y no quería sentarme con él, pero si tenés otros planes o…

-Hayley –le sonreí –puedes sentarte conmigo si quieres.

-Gracias –tambien soltó una risita –sos una gran amiga.

Ella ya me tomaba como amiga. Y tenia que admitirlo, yo tambien a ella. Mientras caminamos, ella me hablaba de Josh y sus cosas, pero yo me imaginaba la situación de la cafetería: ella en medio de los Cullen. Eso iba a llamar la atención. Pero, como siempre, mi familia me sorprendió.

Cuando llegamos al comedor, tomamos nuestras comidas y nos dirigimos hacia mi mesa y noté que solo estaban Rosalie, Edward, Alice y mi hermana. Mire a Alice y me guiño rápidamente un ojo.

-Chicos, hoy nos acompaña Hayley, no se si les incomoda.

-Para nada –soltó Alice sonriente. Mire a Hayley. Apostaba que decía “tragame tierra” o algo parecido en su mente.

-Sentite bienvenida –soltó Edward amablemente.

Nos sentamos entre medio de Edward y Alice. Sin saber como, Alice empezó a sacar charla rápidamente. Hayley se sentía un poco incomoda, pero a los pocos minutos, se soltó y hablaba muy animadamente con Alice. Demostraba que estaba muy cómoda y feliz. Había caído en el encanto de los Cullens. Rosalie estaba al lado de mi hermana escuchándola mientras mi hermana le contaba algo de la clase de Historia. Notaba como se sonreía y, como para Rosalie, mi hermana parecía ser la persona mas importante de su vida.

-¿Cómo te ha ido hoy? –me susurró Edward al oído.

-Bien –pude contestar –solo que…hay una tarea de Calculo que me esta matando.

-Tal vez pueda ayudarte –dijo mientras que en su mano estaba una porción de pizza. Miro la porción, se encogió de hombros y la metió en su boca. Mastico y tragó. Me quede sin palabras; Edward me miró y sonrió.

-¿Qué?

-Emm…nada –dije tomando mi manzana –solo que…-susurré -¿vos, comiendo?

-¿Nunca has comido tierra? –susurró todavía sonriente.

-No…nunca vi la necesidad –lo mire extrañada.

-Es parecido el sabor –respondió mientras miraba de nuevo la porción. Comió un bocado, tragó y siguió -¿Qué ayuda necesitas?

-Mejor lo hablamos…-no pude terminar de hablar ya que vi a Alice comiendo lo que parecía una hamburguesa de pollo completa. Dudaba que en su boca entrara esa hamburguesa. Es cierto, no pudo, pero pudo meterle un buen mordiscon. Miro de soslayo a Edward y sonrió triunfalmente. Ahí entendí.

-Están compitiendo, ¿cierto? –me miro divertido –y ella te esta ganando.

-No por mucho tiempo –tomó una porción de pizza mas y la comió completa. Sonriendo, mire a Alice. Todavía charlaba con Hayley, pero ahora estaba acercando su mano a las papas fritas. Se comió un manojo grande. Hayley de seguro la miro extrañada, porque soltó con ojos de suplica.

-¡Lo siento, me mata el hambre!

Sin querer, solté una risa involuntaria. Edward tambien rió conmigo. Asi estuvieron toda la hora del almuerzo. Creo que había ganado Alice. En el momento que Hayley fue con Alice a tirar los restos de comida, le pregunte a Edward sobre el lobo.

-No hay rastro de nada –murmuró –parece que era de una manada de Canadá, que salio de su limite.

-¿Pero porque vino hasta acá y quiso matarlo a Emmett…y a mí?

-Es lo que Emmett junto con Jasper están averiguando. No vinieron ya que parece que Esme reconoció el efluvio lobuno y andaba cerca de casa. Bella quedo en casa con Esme para cuidar –me miro –quedate tranquila, todo va a estar bien…

-Lo se –solté sabiendo como era mi familia, pero me sentía culpable de cambiar su vida rutinaria.

Toco el timbre avisando de que el horario de almuerzo había terminado. Me levante y tire mis restos de comida junto con Edward. La siguiente hora era Biología. Me acorde que en esa materia estaba con mi hermana.

-¿Sucede algo? –me dijo Edward que noto mi preocupación.

-Nada…es Nancy –suspire –siento como que la perdí en algún momento, solo que no se cuando…

-Ella esta pasando por un momento “post-Cullen” –sonrió por su ocurrencia –a ella le costo un poco mas que a ti lo de…bueno…

-Adopción –solté completando su frase.

-Si…-murmuro –así que dale un tiempo. Ella va a estar bien.

Llegué a mi clase. Como esos días, Nancy apenas abrió su boca para pedirme algún útil prestado o que le alcanzara algún libro. Nada mas. Yo desconocía esa faceta de mi hermana. No me gustaba nada. Me ponía incomoda. Extrañaba mucho a mi hermana que me quería con todo su corazón, que jugaba conmigo y cantaba. Ahora tal vez me quería de forma gradual.

Finalmente, las otras clases pasaron rápidamente y fue el final del día. Estaba exhausta por Gimnasia así que ni siquiera hice el intento de caminar rápido hacia el aparcamiento.

Viaje con Edward en su Volvo junto con Alice. Rosalie y Nancy iban en el descapotable de Rose. En el viaje, Alice hablaba del cumpleaños.

-Ya tengo los adornos para la escalera, las velas…

-¿Velas? –susurré y mire a Edward. Me miro de la misma forma. Sin entender nada.

-Es para el baile principal… -dijo Alice como si fuera algo obvio –se apagan las luces principales y quedan solo las velas…

-Lo siento, es que no se nada de esas cosas –reí tímidamente –creo que voy a aprender de mi hermana.

-Por supuesto –rió.

El viaje duro unos pocos minutos. Cuando llegamos, Alice rápidamente bajo y se fue. Yo estaba a punto de seguirla, cuando siento una mano fría en mi brazo. Me di vuelta enseguida y tenia a Edward mirándome fijamente mientras por su boca salía una sonrisa torcida. Mire sus ojos, estaban como dolidos.

-Edward, ¿Qué ocurre?

-Quiero hacerte una pregunta…respecto a Alice…

-Si, decime…

-Ella vio que ella te estaba adoptando –su sonrisa desapareció -¿me podrías decir porque?

Maldición.

-No lo se…

-Tus ojos me dicen otra cosa… -y sus ojos me estaban torturando. No valia jugar asi.

-Y tenés razón –suspire. No podía mentirle –yo estaba pensando…que no se como lo toma Nessie a todo esto…y tampoco Bella…

-Bella te adora –apoyo su cabeza en la cabecera de su asiento pero mirándome a mi –Y Nessie… -no pudo seguir porque empezó a reír sin felicidad.

-¿Ves? No quiero ocasionar problemas. Mejor voy con Alice y Jasper que ellos no tienen a nadie y listo.

-No es eso…Nessie esta ahora de vacaciones en el Amazonas. Necesita un tiempo.

-No…No voy a separar a tu hija de ti, Edward –abrí la puerta y la cerré con mas fuerza de las que tenia pensada. Me agache y le hable por la ventanilla baja –la decisión esta tomada – mentí. Su mirada era triste que hizo que mi corazón se desbocara - Lo siento.

Corrí hacia dentro de la casa con lagrimas en los ojos. No sabia como se lo podia tomar Alice, pero no queria pensarlo. Iba a dudar y al final no iba a hacer nada. Esme y Carlisle estaban sentados en el salón. Me miraron, Esme casi me siguió, pero se detuvo al ver mi rostro. Solo quería estar a solas. Corri por las escaleras cuando senti que la puerta se abria fuertemente. Me oculte timida en el descanso de la escalera.

-Edward, hijo… –Carlisle estaba preocupado.

-Por favor, Carlisle, ahora no.

-Edward, trata de entenderla –dijo Esme –ella piensa en la familia que ya tienes. Y eso es muy prudente.

-No puedes negar que tiene razon, Edward –continuo Carlisle.

Escuche un leve gruñido y que la puerta se abria y se cerraba nuevamente con violencia. Nunca queria ocasionar todo esto. Realmente no lo queria, pero sabia que era lo mejor.

Mantenerme alejada de Edward era mi peor castigo. Yo era muy egoista, lo queria para mi sola, queria que me abrazara, que me acune y me cante por siempre esa canción que me susurraba cuando estaba con él. Todo esto ocasionaba que ese vacio se llenara. Esa vacio imposible de llenar, tenia su forma inexplicablemente. El se habia transformado en mi todo. Sin el mi vida solo era la nada.

Decidi pararme y seguir caminando por el pasillo hacia el cuarto de Alice. Llegué a la puerta. Respire profundo, y cuando iba a golpear, una voz musical me grita desde adentro.

-¡Entra!

Sonreí y entre. Ella estaba apoyada en el ventanal mirando hacia el bosque. Cuando entre, me miro sonriendo, corrió hacia mi y me abrazo. Ese abrazo no se lo que significaba, pero quería entenderlo. Ese abrazo que parecía decir “Te entiendo lo que quieres que sea”.

Podía aceptar de que Alice me adopte y que Jasper sea como mi hermano protector, pero el abrazo de ella no llenaba eso que me falta. No como lo hacia el de Edward.

Edward.

Abrace mas fuerte a Alice.

-Gracias Jaz por pensar en mi, realmente me sentiría orgullosa ser tutora… -su voz de soprano retumbaba en su pecho pequeño.

-No digamos tutora –la interrumpí –digamos que somos hermanas adoptivas…

-Dale, estoy acostumbrada a eso –y me abrazo mas fuerte.

Pase el resto del día en la habitación de Alice. Estaba acostada en su regazo mientras ella me acariciaba el pelo. Me hablaba de todo lo que tenia pensado para Jasper, para ella y para mi. Antes que todo puse ciertas reglas que ella tenia que comprender. Primero, que no era una muñeca Barbie, así que no se ilusione con andar sacándome y poniéndome ropa a cada rato. Segundo, lo de Jasper y ella. Yo los iba a tomar como hermanos cercanos, no como tutores ni padres adoptivos. Lo acepto a todo sin ningún problema.

Jasper llego de cazar en la noche junto con Emmett. Se reunió conmigo y con Alice y supo la buena nueva. Lo tomo espectacular y hasta se animo a abrazarme.

-Te juro que no te vas a arrepentir –me había dicho con su voz profunda- te lo prometo.

Los siguientes días me sentí un monstruo. Había destruido a Edward. Casi nunca estaba en casa y en el colegio me evitaba. Pero tenia que saber que lo hacia mas que nada por él y su familia. Y había logrado un cambio. Reneesme el jueves a la noche había vuelto de su viaje a Brasil y se había unido nuevamente al clan. Abrazo a su madre y a su padre. Edward la abrazo y la beso, pero parecía que no le alcanzaba. Y la joven lo noto. Yo solo sonreía mientras Jasper me pasaba su brazo por mis hombros.

A la noche, cuando iba a cambiarme para dormir, noto que en mi cama había una nota. Nancy estaba dormida. La abro y noto por la letra que no era de mi hermana.


Te espero en el claro sur a las 23 hs. Por favor, se puntual. Reneesme


-Genial, ahora en que me metí –susurre. Mire el reloj. Las once menos cuarto. Estaba a quince minutos caminando rápido, así que tome mi anorak negro y me fui.

El clima estaba horrible. Una fina llovizna se hacia presente mientras la neblina no ayudaba y mis pasos torpes menos. Me habré caído cuatro veces antes de llegar al claro. El pastizal estaba todo mojado, las ramas tiradas, los árboles altos y fríos me hacían sentir peor, pero mi intriga por lo que quería Reneesme me podía mas, así que seguí caminando sin importarme nada. Finalmente llegue.

Ella estaba parada en el medio del claro. Tenia unos jeans azules oscuros con unas botas, un top negro con violeta y un sobretodo negro. Su pelo caía en cascada sobre sus hombros con hermosas ondulaciones. Su piel pálida parecía que resplandecía junto con sus ojos negros.

Estaba ahí, parada, esperándome.

Me pare y me mire. El jean tenia unos pequeños manchones verdes de las veces que me había caído, pero estaba bastante presentable. Igual nunca podia compararme con ella.

-Jazmin –me llamo. La mire y me hizo seña que me acercara. Sin decir nada, camine hacia ella con las manos en los bolsillos del anorak. Hacia un frío horrible.

-¿Qué sucede, Nessie? ¿Por qué me citaste aquí?

-Quería hablarte de mi padre.

Suspire. Mas problemas.

-Dime que quieres saber… -solte con indiferencia.

-Se que el te prefiere –medio que lo gruño –por eso esta así…

-Reneesme –empecé –pasaron cosas cuando vos no estuviste que…

-Se lo que paso –me interrumpió de forma abrupta. Sonrió y empezó a caminar alrededor mío con su paso delicado –decidiste irte con tía Alice y tío Jasper…pensando que así todo se arreglaría –rió de forma irónica –pero mi padre esta totalmente destrozado.

-¡No quería hacerlo, Nessie!

-¡No, seguro que no! ¡Aparte de romper corazones en el instituto y en la manada ahora tambien en el clan! –camino de una forma amenazante hasta llegar frente a mi y mirarme ferozmente –Arruinaste la vida de Seth, la vida de Taylor, la vida de mi padre y la mía apenas llegaste de Argentina. Si, todo este tiempo estuve mintiendo. No te soporto, no te puedo ni ver –lanzo un gruñido -hubiera preferido que nunca aparezcas…o que ese lobo te aplaste sin importar nada.

-Reneesme, no sabes lo que decís…

-No sos nadie para decirme lo que pienso…

-Te estas lastimando a vos misma… -intentaba que entrara en razón, pero se ponía peor.

-¡Tu me heriste apenas me di cuenta lo que eras para mi padre!

-¡No es mi culpa…!

-¡¿Qué no es tu culpa?! ¡¡¡Decilo, gritalo!!! –sus puños estaban duros a los costados de su cuerpo como amenazante.

-¡No es mi culpa que tu familia me quiera!

-¡Maldita mortal! –gritó y se me abalanzo.

De mi boca salio un grito ahogado y caimos las dos al suelo. Trataba con todas mis fuerzas empujarla para que sus dientes no tocaran mi cuello.

Era imposible. Aparte de ser mitad vampiro, tener semejante fuerza y ferocidad, estaba a su favor el hambre que tenia. Sus gruñidos que salían de su boca retumbaban en todo el claro. Mis pobres brazos luchaban para que una pared fría no me aplastara. Era totalmente imposible. El odio que sentía esta adolescente me lo merecía. No tuve que haber ido a Forks, tuve que haberme quedado en casa con Griselda, con Nancy y con mis amigos. Nunca debí arruinarles la vida. Todos estarían bien si yo no hubiera siquiera…aparecido esa mañana en la oficina de Carolina. Todo estaría mejor si dejaba todo. Taylor conseguiría a alguien mas, Seth encontraría su imprimación, Edward tendría a Reneesme y Alice…

Alice lograría superarlo. Ella es fuerte y Jasper no la dejaría sola.

Sin saber que hacía, deje de pelear. Deje que me apretara los brazos a los costados, que pusiera su pierna para sostenerme, creo que para cerciorarse que no me iba a escapar. Sentía las costillas presionadas, escuché un pequeño ruido como si se hubiera roto algo…tal vez una de ellas había cedido. Finalmente, con mis ojos cerrados, corrí mi cara hacia la izquierda y deje que su boca se apoyara en mi cuello…y que sus dientes lo traspasaran…y por fin, el dolor terminó…