De nuevo navidad. No parecía
haber pasado tanto después de todo. Toda esa pesadilla parecía que había pasado
hace décadas, pero no, solo diez años. Diez años desde que había peleado por mi
familia. Ya no era la damisela en peligro. Ya era una más y podía enfrentar las
cosas como lo hacía mi nueva familia.
Esa mañana, luego de haber
estado estudiando para los finales de Literatura (aunque no hacía falta, pero
quería gastar mi tiempo en algo), fui para la habitación donde estaba durmiendo
mi hija junto a su “perro”. Reí sola de la ocurrencia. Aunque estábamos de
visita con los Denali, ya ellos habían hecho una habitación para que mi pequeña
fuera a verlos cuando ella quiera. Edward fue a cazar junto con Eleazar, Carmen
y Tanya. Kate y Garret quedaron conmigo leyendo algo en el living. Me levante
dejando los libros a un lado.
-¿Pasa algo, Bella? –pregunto Garret.
-No, solo iré a despertar a
Nessie y Jacob. En unas horas saldremos para Forks.
-Te acompaño –dijo Kate también levantándose
–quiero darle el regalo a Nessie apenas despierte –sonrió.
Fuimos ambas hacia la habitación
de mi pequeña, la cual estaba llena de peluches, cuadros y posters de las
bandas preferidas de mi hija. Cuando entramos sigilosamente, vimos que Jacob
dormía despatarrado en el suelo cerca de la cama de Renesmee, donde ella dormía
plácidamente.
Sonrío. Ya no era una pequeña
más. Ya su aspecto había avanzado que ya parecía una adolescente. Estaba
preocupada al no saber si iba a seguir creciendo, pero según Carlisle ella
pararía de crecer en poco tiempo.
Me acerqué lentamente y la
acaricie.
-Corazón, ya es hora de
despertar –le susurré mientras acariciaba su pelo. Ella se movió un poco y
abrió los ojos. Me miró y sonrió.
-Buen día, mamá –me saludó.
-Buen día, hija –le di un beso
en la frente.
Kate fue y abrió el gran
ventanal para que entre un poco de luz. Jacob se despertó y dio un salto para levantarse. Garret apareció de la
nada y se puso al lado de Jacob.
-¿Pasó algo? –se alarmó Jake.
-Nada paso, querido amigo –lo tranquilizo
Kate y busco algo arriba del armario de Nessie –solo Navidad –sonrió y se
acercó a mi hija –Feliz navidad, preciosa.
-Feliz navidad, niña –la acarició
Garret –esto es parte de Kate y mía.
A Nessie se le ilumino la
mirada. Amaba las sorpresas. Dijo “Gracias” y empezó a abrirlo rompiendo el
papel. Era un hermoso y sencillo vestido azul con algunas perlas para
decorarla.
-¡¡Es hermoso!! –dijo mi hija y
salto de la cama para abrazarlos a ambos -¡¡Muchas gracias tía Kate y tío
Garret!!
-Nos alegra que te guste, Nessie. De nada –sonrió Kate.
-Nos alegra que te guste, Nessie. De nada –sonrió Kate.
-Nessie, prepárate para viajar.
En una hora salimos para la casa del abuelo –le indiqué- así que ve a bañarte y
prepararte. Jacob, tu puedes ir a desayunar.
-A la orden, jefa –rió Jacob y
le pegue despacio en su hombro – ¡ouch! ¡No vale pegar!
-Te dejamos para que te prepares
–le dijo Kate a mi hija y salimos todos de la habitación.
Charlie venía de visita cada vez
que podía y tenía vacaciones, pero ya los últimos años no podía venir y
telefoneaba cada tres o cuatro meses. Igual íbamos cada navidad a visitarlo a él
y a Sue.
Jacob fue para la cocina a
preparar el desayuno para él y para mi hija. Garret lo acompaño para ver qué
era lo que comía el lobo.
Kate y yo nos sentamos en los
sillones justo en el momento que la puerta se abrió la puerta y entraron los
demás miembros de la familia.
Tenían los ojos más dorados y
llamativos, pero no importaba. Ya mi padre se había acostumbrado a los cambios
así.
Edward vino y me dio un pequeño
beso. Estaba riéndose de algo que seguro pasaba por alguna mente de ahí del
salón.
-¿Cómo estuvo la cacería? –pregunte.
-Muy bien –me sonrió.
-Edward es un buen cazador de
pumas…-dijo Carmen mientras se sentaba junto con Eleazar.
-Solo que nunca vas a poder
superarme, Eddie –rió Tanya.
A falta de Emmett, hacia
apuestas con Tanya. ¿Acaso esto pasaba en todas las familias vampiros?
-¿Nessie? –preguntó Edward.
-Recién se despertó. Se está
preparando para ir a la casa de Charlie.
-Genial, voy a buscar su regalo
al auto-dijo y desapareció. Detrás de él salió Jacob también. De seguro a
buscar el suyo.
De la nada, sonó mi celular.
-¿Hola?
-¡Bella, no vayas para lo de
Charlie ahora! Vayan directamente a casa que los estamos esperando a todos –la voz de Alice con su tono de
emoción me sorprendió.
-¿Alice? ¿Cuándo...como…? ¿No
estaban en París junto con Jasper?
-Así es. ¡Pero volvimos para
pasar Navidad en familia! ¿Cómo crees?-dijo mientras se escuchaba el motor del
auto.
-¡¿Estás hablando
por el móvil mientras manejas?! –exclamé.
-No va a pasar
nada, tranquila. ¡Los veo en una hora y media! –me dijo y colgó.
Alice.
Llame a mi padre
para avisarle que primero íbamos a pasar por la casa de Edward y luego íbamos para
casa, pero me dijo que Alice lo había invitado a él y a Sue para tomar el té en
la casa Cullen. Le dije que estaba más que bien y nos veríamos en unas horas.
Cuando corte, vi
que venían Jacob y Edward cabizbajos.
-¿Qué paso? ¿Y
los regalos?
-Alice nos amenazó
de que si le mostrábamos nuestros regalos a Nessie antes del de ella, nos iba a
arruinar nuestros autos…-explicó Jacob con un bufido.
-Y la muy desgraciada
es capaz de hacerlo –gruño Edward.
Los demás reímos.
Nessie bajó a
desayunar junto con Jacob y luego de unos regalos más de Tanya y Carmen, nos
fuimos para casa.
Me imaginaba a
Alice obligando al pobre de Jasper yendo
por todas las tiendas de París comprando regalos para Nessie y para vestirme a mí
y a mis hermanos. Sí, era media insoportable, pero era parte de su encanto. La
quería muchísimo, era mi hermana favorita. Se habían hace 5 años, pero venían
de visita cada fin de semana que podían, ya que Alice se había hecho cargo de una revista de moda allá, era una de
las más grandes editoras.
Con respecto a
Emmett y Rosalie fueron de visita a Roma, ya que Rosalie quería conocer desde
que fueron por Garret. Pero se habían habituado tanto a ese lugar, que se
quedaron a vivir un tiempo ahí. Llevaban ya 9 años y medio viviendo allá, y de
verdad, los extrañaba muchísimo. Emmett trabajaba en una empresa de mudanzas y
Rose en una tienda de flores. Algo muy sencillo, pero ambos eran muy felices. Y
eso era lo que valía.
En el viaje,
Renesmee leía el nuevo libro que Tanya le había regalado mientras que Jacob
miraba por la ventanilla, perdido en sus pensamientos. Edward miraba la ruta y también
estaba en sus pensamientos, mientras sonaba Claro de Luna en audio.
Cuando estábamos llegando,
vimos que en la puerta dela gran casa estaban Carlisle y Esme muy sonrientes.
Literalmente, estaban iguales. Con toda su perfección y hermosura intactas. Sus
ojos demostraban cuan contentos estaban que sus hijos estén de vuelta en casa.
Apenas frenó el auto, Nessie literalmente saltó del auto y fue al encuentro de
sus abuelos. Ellos la recibieron con los brazos abiertos y la abrazaron muy
fuerte. Salimos luego los demás al encuentro de ellos.
-¡Bella! –soltó emocionada
mi suegra y me abrazo.
-Esme, te extrañe
muchísimo –dije sincerándome.
-Nosotros también
a ti –dijo Carlisle mientras me deba un beso en la frente.
De la nada,
siento que me toman de la cintura, me elevan al aire y me abrazan.
-¡¿Qué demo…?! –solté
y escuché una risotada. Esa risotada que me hacía sentir una niña nuevamente.
-¡¡Emmett Cullen, bájame ahora!! –grite riéndome.
Se rió nuevamente
y me bajo. Vi como venía Rosalie caminando con su paso tan común entre
nosotros.
-Es un idiota, no
le prestes atención –me dijo saludándome –tanto tiempo, Bella –me sonrió.
-Mucho tiempo a
decir verdad –le sonreí de vuelta.
-Ay, no –exclamó mi
marido.
-¿Qué sucede?
-¡¡WIIIIII, LLEGARON
A TIEMPO!! –chilló una voz y corrió a mi encuentro. Me abrazó fuertemente y yo también
a ella.
-Largo viaje, eh –dijo
la voz leonina de Jasper a Edward saludándolo.
-Solo un poco.
-¡Ay, Bella,
debes ver las cosas que trajimos para hoy! A Charlie y Sue le van a encantar,
ya tengo tú vestido para ahora, igual que para Nessie. ¿Dónde está?-Nos dimos
vuelta y Emmett y Rose estaban jugando con ella- Renesmee Carlie Cullen a la
casa, ¡AHORA! Debo probarte varios
vestidos…
Y se iba hablando
con mi hija que la llevaba de la mano.
-Bueno, creo que
estamos todos –sonrió Carlisle –entremos a la casa.
Antes de entrar,
Jacob se disculpó diciendo que quería ir a ver a su padre y a su manada, que
luego vendría a ver a Nessie. Le dije que vaya tranquilo, que después lo
veríamos.
Cuando entramos,
noté unos cambios de muebles y demás cosas, pero nada fuera de lo normal. Lo
que note, que en la sala, arriba del televisor, había un enorme cuadro con la
foto familiar que nos sacamos en el primer cumpleaños de Nessie. Si se podía,
mis ojos se hubieran llenado de lágrimas.
Realmente
extrañaba a mi familia vampiro.
Después que
Renesmee cumpla los 4 años, podríamos volver. O sino la gente se daría cuenta
de su crecimiento. Solo debería aguantar.
-¡¡ISABELLA MARIE
CULLEN, VEN YA A MI CUARTO!! –oí desde el piso superior. Conocía ese tono. Mire
a Edward.
-¿Debería
asustarme? –bromeé.
-Solo un poco –sonrió
él y me dio un beso corto –Ve, que de seguro te gustara.
-Voy contigo –me dijo
Rose-total, yo debo cambiarme también.
Paso su brazo
amistosamente alrededor del mío y fuimos al piso superior. Golpeamos la puerta
de la habitación de Alice.
-¡Adelante!-se
escuchó su voz cantarina.
Cuando entré, solté
un grito ahogado. Había millones de paquetes de compras por toda la habitación.
-Wow –soltó a
medio sonreír Rosalie.
-Bella, tu ropa
se encuentra en el baño. Cámbiate ya. Y Rosalie, tu ropa está arriba de aquel sillón…vamos,
vamos, que enseguida llegara Charlie. Carlisle y Esme están preparando ya el té
junto con los chicos.
-Diuj –solté audiblemente
y me fui para el baño.
A los dos segundos
volví con el vestido en la mano.
-¡¡ALICE, NO
PIENSO PONERME ESTO!!
-Bella, no
empecemos –me miró seriamente la duende.
-¡Es solo una
reunión familiar!
-Y eso cuenta
para ponerte ese vestido. Anda, vamos –dijo mientras seguía produciendo a mi
hija.
Gruñí por lo bajo
y me fui a cambiar.
Media hora
después, Charlie llegaba a la casa Cullen junto con Sue y sus hijos, Leah y Seth. Si podía ser
posible, estos chicos crecieron aún más. Leah ya era toda una mujer por no
hablar del joven Seth, siempre tan atento. Ahora era una versión de Jacob, pero
parecía más maduro que mi antiguo mejor amigo.
Carlisle los recibió
y los condujo al living, donde estábamos todos. Mi padre vino directamente
hacia mí y me abrazo fuertemente.
-Hija, ¡Tanto
tiempo! –sentí en su voz que aguantaba el llanto. Lo abrace y me acurruque en
su pecho –Te extrañe tanto, mi pequeña…
-Yo también te
extrañé, papá –dije sin soltarlo. Realmente lo había extrañado muchísimo.
-¡Abuelo!-gritó
Nessie y se abalanzo a Charlie.
-Oh, tú estás cada día más
parecida a tu madre –dijo con emoción en la voz.
Cuando todos
terminamos de acomodarnos en la sala, llego Jacob con un enorme paquete (que de
seguro era para mi hija) y entró a la sala.
-Uy, tengo que ir
por el té –mencionó Esme.
-Déjame que vaya
yo, Esme.
-¿Segura, cariño?
-Sí, no hay
problema.
Fui para la
cocina para poner agua al fuego y preparar las tazas. Empecé a pensar en cómo
era la casa antes: los líos con Vulturis, lobos, nómadas, neófitos…criaturas
que querían acabar con mi vida. Ahora todo estaba tranquilo y en paz como era
antes. ¿Por qué no podíamos volver? La mayoría de mis compañeros se habían mudado,
Nessie podría quedarse en casa, o en La Push mientras pasaba el tiempo. Extrañaba mucho Forks, extrañaba a mi padre y
a mi familia.
Me asome por la
ventanita que daba al living.
Todos sonriendo,
hablando, riéndose…todo en paz. Finalmente. Felices como debe ser.
De repente,
siento unas manos que me sostienen de la cintura.
-Me encanta
cuando haces de ama de casa –sentí su voz en mi oído.
-Las cosas aun no
pasan de moda –sonreí dándome vuelta y pase mis brazos por su cuello.
Me beso
profundamente, de esos besos que me dejaban dando vuelta a mi cabeza. Logre
separarme y él sonrió, pero al verme a los ojos, noto algo extraño.
-¿Qué sucede? –me
pregunto.
Suspiré.
-Estaba pensando
en volver a Forks. Ya hace mucho tiempo que estamos lejos, Nessie extraña a su
abuelo y a sus amigos de la Push…
-Mmm ¿Estas
segura que solo es por Nessie y no es por vos también?
-Es por mí también
–dije y me volví a asomar por la ventanita- es que…míralos…ya no hay motivo de
peleas ni nada, ahora la familia esta finalmente en paz y feliz…como debería
haber sido siempre. Entiendo que el crecimiento de Nessie no debe ser visto por
nadie, y que yo ya debería estar en la facultad, pero podríamos ir a la de acá,
y ser falsos profesores. Ya Renesmee no crecerá más. Volvamos. Por todos, por
nosotros…-suspiré.
Sentí nuevamente
sus manos en mi cintura.
-¿Sabes? Alice y
Jasper ya no van a volver a Paris y Rosalie y Emmett planean volver la semana
que viene…podríamos imitarlos. Debo ganarle unas apuestas a Emmett –sonrió.
Me di vuelta y lo
besé.
-Me haces muy
feliz.
-Te amo.
-Te amo.
Y nuestros labios
volvieron a juntarse.
La familia Cullen
había vuelto.