¿Alguna vez deseaste lo que es imposible? ¿Que pasaria si eso se vuelve realidad?

jueves, 8 de julio de 2010

7. Preguntas y Respuestas

Llegamos antes de que empiece la clase. Nos sentamos juntas, sacamos nuestros útiles sin dirigirnos ninguna palabra, y empezamos a releer los apuntes.

En realidad, yo estaba enfocada en otra cosa. ¿Cómo ella pudo llenarle la cabeza a mi hermana? ¿No sabe lo que estábamos viviendo? Fue muy duro para nosotras, y la seguimos pasando. Quise hablarle, pero el profesor había ingresado a la clase y no había oportunidad de hablar. Pero tampoco quería esperar.

Saque una hoja de mi cuaderno y empecé a escribir con la mejor letra que tenía:

¿Qué hablaste con mi hermana anoche?

Ella sorprendida por la hoja, la tomo disimuladamente y la leyó. Luego tomo su lapicera y me escribió:

Cosas de primas…

La diferencia de letras me tomo desprevenida. Respire hondo, tome mi lapicera y volví a escribir:

Esta rara y estoy preocupada. Y lo peor es que no me lo dice. ¿Te contó algo?

Le di la nota y la leyó. Vi que suspiro. No encontré la necesidad para que lo haga. Tomo su pluma y empezó a recorrer la hoja. Lo hacía con tal gracia y elegancia que mire a mi birome con ganas de romperla. Se extendía mucho. Impaciente, la miraba de reojo.

-¡Sh! –me dijo sonriente por lo bajo –no espíes.

-Dios mío… -le respondí por lo bajo y me sonreí.

Por fin había terminado. Me entrego la hoja. Disimuladamente baje mi carpeta y disimulaba que leía mis apuntes cuando abrí muy cuidadosamente la hoja. Leí:

Hay algo que a Emmett y a mi nos atrae mucho. Y nunca pudimos…ya sabes porque. Y es tener un hijo. Edward y Bella ya lo tienen y se ven tan felices…que me gustaría experimentarlo. Hable con Emmett y…llegamos a la conclusión de que nos gustaría de tener como hija a Nancy…

No se como, pero arrugue un poco la hoja con mi mano. Iba a escribirle algo, pero decidí terminar de leer. La mire de reojo. Ella me miraba con sus ojos dorados como expectante. Que raro que el profesor no le dijo nada. Seguí leyendo:

Hable con ella anoche y le conté lo que opinaba. Ella me quedo mirando como no pudiendo responder. Finalmente, en medio de mis explicaciones, ella dijo que lo pensaría. Me contó que ella a veces, a pesar de que te tenia, sentía una soledad que no podía explicar. Extraña mucho a tus padres. Necesita a alguien mas que un amigo, mas que una pareja, mas que un hermano…a quien abrazar y sentirse protegida. Pero a la vez no quiere dejarte aparte. Le conté lo de Edward. Ella quedo pensativa y me dijo finalmente que lo pensaría y tomaría la decisión mas adecuada. Y tambien dijo que iba a contártelo…pero se ve que le cuesta. Perdoname, se que debe ser fuerte, pero solo hable con ella de eso. Nada más. No soy capaz de obligarla a hacer nada que no quiera.

Respire hondo. Mi hermana ya sabía lo de Edward. Y medio como que lo aceptaba. Ahora entendía su reacción. Pero ella no sabía todo lo que había dicho yo. Que yo estaba en contra…pero tambien sentía lo mismo que ella. Necesitaba a alguien. Necesitaba a alguien que me ayude con la tristeza que llevaba adentro…con las cosas típicas de adolescentes. No sabía a quien recurrir ya que toda mi atención estaba en proteger a mi hermana. Pero ella necesitaba a alguien. Empecé a escribir:

Lo de Edward yo todavía no se que hacer pero eso es tema aparte. Ni siquiera hablamos hoy. Rosalie…voy a respetar la decisión de mi hermana sea cual fuera con tal que sea feliz. Es mi hermana y quiero lo mejor para ella. Cuídala y protegela.

Se la entregue. Mi corazón empezó a latir fuerte sin motivo que yo entendiera. Solo deseaba que mi hermana sea feliz. Eso es todo. La quiero. La amo. Es mi hermana, la única familia “sanguínea” que tengo. Y tal vez necesite a alguien mejor que yo. Y Rosalie es la mejor que puede criarla junto con Emmett. Con un padre así, ¿Quién se animaría a salir con mi hermana? sonreí. Mire a Rosalie. Su sonrisa era tan brillante y feliz que me cegó. Su mirada era de gratitud que no alcanzaban las palabras para explicar. Si podía seguro que lloraba. Se seco las lágrimas que no cayeron en sus mejillas y guardo el papel. Seguro que se lo mostraría a Nancy. No me sorprendería.

Lamentablemente, no preste nada de atención a la clase. Toco la campana de cambio de clase. Me tocaba informática, una de las clases que me encontraba sin ningún familiar.

Antes de irme para mis casilleros, Rosalie me abrazo. Me sorprendió bastante. Su cuerpo frío y marmóreo (jejeje) era tan duro pero a la vez era comodo.

-Gracias –me susurro con su voz suave –te lo agradezco de corazón.

-No te preocupes –le respondí.

Se despidió y se fue. Yo caminaba lento hacia mis casilleros con millones de cosas en la cabeza. Mi hermana merecía lo mejor pero creo que era muy pronto para empezar a pensar en alguien “sustituto”. Me dieron escalofríos. Pensé que lo mejor era no pensar en ello.

Dando más importancia a mis pensamientos que a mi caminata, me tropecé con un escalón y caí torpemente como era mi costumbre. Al no tener a Alejandro a mi lado que se anticipaba a mis caídas y me sostenía, me sentía estúpida y vulnerable. Una triste mortal. A los dos segundos, Taylor estuvo a mi lado.

-Jaz, ¿estas bien? –pregunto mientras me levantaba de un brazo.

-Si, solo que parece que pusieron un escalón nuevo –dije irónicamente y me sacudí la ropa. El se sonrió.

-Por lo menos no te hiciste daño.

-Gracias por ayudarme –le dije.

-De nada –respondió –aquí están tus libros.

Me había olvidado que en mi gran caída ellos habían volado por los aires. Le agradecí nuevamente.

-¿Qué tienes ahora?

-Informática.

-Te acompaño hasta tu curso –se sonrió –por las dudas que vuelvan a poner un nuevo escalón por ahí.

Nos reímos los dos. Me acompaño y me despidió en la puerta de mi salón. Taylor era muy buen chico, pero no me interesaba mas que una amistad con el. Por ahora. Lo miraba solo como amigo.

La hora paso bastante rápido. Nos dieron un trabajo practico que debíamos hacerlo en varios programas. Me resulto sencillo. Mientras los hacia, me acorde de Edward. No entendía porque había reaccionado así. Al fin de cuentas el era solo mi primo y quería hacérselo entender mediante todo esto. Salí y por primera vez en estos días camine sola hasta el estacionamiento. Mire hacia donde tendría que estar el Volvo, pero en vez de estar el auto plateado, estaba el Porsche amarillo de Alice. Me acerque con más velocidad que la de costumbre con la boca semi abierta. Todos los alumnos rodeaban el auto. Tuve que empujar a algunos para poder entrar. Finalmente lo logre y mire el interior. Solo estaba Alice.

-¿Los demás? –pregunte mientras entraba y la musica salia levemente.

-Están en casa ya –dijo feliz. Su sonrisa deslumbraba -¡Hace rato quería traer a mi bebe al colegio!

-¿Por qué se fueron tan rápido los demás?

-Les avise que hoy a la noche tendríamos visita.

La puerta fue sutilmente golpeada. Era mi hermana.

-¿Alice? –pregunto.

-Entra –dijo ella –tenemos que irnos.

Nancy entro y Alice hizo rugir el motor. Todos afuera empezaron a hacer exclamaciones de aprobación hacia el auto de mi prima. Salio del estacionamiento y empezó su diversión. Noventa…ciento diez….ciento cincuenta…

-Alice –susurre.

-¿Si? –su voz musical parecía hacerle el coro al motor.

-El…velocímetro…

-Quedate tranqui –me miro –confía en mi…

-Lo hago –y le sonreí forzadamente –pero por favor, mira hacia delante.

Rió y me hizo caso. Por el espejo retrovisor mire a mi hermana. Estaba perdida en sus pensamientos mientras miraba por la ventanilla. quería hablarle pero en el momento indicado.

Obviamente, llegamos a la casa Cullen a los diez minutos. Bajamos con nuestras mochilas al hombro. Estaba lloviznando. Fuimos para la entrada, pero Alice nos paro.

-¿Qué pasa?

-Vamos por este lado –me dijo señalando por la puerta que habíamos entrado por primera vez cuando llegamos.

-O.K… -soltamos con mi hermana y la seguimos.

Pasamos por la sala donde estaba el piano y escuchamos que había música en la sala principal. No logre distinguir quien era, pero era buena música. Entramos y estaban todos muy bien vestidos. No entendía nada. ¿Qué había pasado?

-Me voy a cambiar –dijo Alice y fue al primer piso en un abrir y cerrar de ojos.

-Hola chicas –saludo Carlisle –hoy festejamos algo muy importante… -mi hermana y yo nos miramos –hace un mes de su llegada de Argentina.

Ahí entendimos todo, pero ¿era para tanto? Mire a todos y note que Edward no estaba. Otra vez. Estaba Bella con un hermoso vestido azul de seda que le llegaba hasta las rodillas que dejaba la espalda al descubierto, su pelo lucia un hermoso peinado con bucles en las puntas; Rosalie vestía un hermoso vestido color negro que le llegaba hasta la rodilla, tal vez un poco mas. Era escotado y en el lado del muslo derecho tenia un tajo que dejaba ver su hermosa piel. Tambien tenía un peinado con el pelo planchado que dejaba ver su rubio más brillante. Esme tenía un vestido rosado parecido al estilo de Rosalie, pero tenia unos detalles con puntillas cerca del escote y su peinado tambien era hermoso. Reneesme estaba vestida con hermoso vestido negro con algún arreglo con rojo en algunas partes, unas sandalias haciendo juego y su pelo hermosamente acomodado. Al lado de ella estaba un joven alto, musculoso, de pelo corto y bastante lindo que vestia de negro frac. Era muy parecido a Seth. Debería ser el Alfa de la manada, Jacob. Los hombres llevaban sus fracs negros impecables y muy elegantemente. Todos parecían modelos. En unos segundos apareció Alice al lado de Jasper con un vestido que le llegaba hasta la rodilla, en las puntas tenia unos pequeños volados, en la cintura tenia una cinta del mismo color que el vestido que disimulaba un cinto. Su peinado estaba bastante arreglado y llevaba una vincha pequeña que apenas pude verla. Todos estaban espectaculares. Me mire a mí y a mi hermana. Parecíamos que fuimos a pedir caridad.

-Vamos, chicas, a cambiarse –dijo sonriente Alice mientras nos llevaba hasta la escalera -¡A las siete tenemos que estar preparados! En mi cuarto esta el vestido de Jaz y en el suyo el de Nancy.

Mire el reloj, las seis. Sin decir nada, corrimos hacia nuestros respectivos cuartos. Abrí la puerta, corrí hacia el baño y me bañe. Salí, me seque lo más rápido que pude. Note que Alice había dejado enchufada mi planchita y el secador. Me seque el pelo lo más rápido que pude y lo planche. Me maquille un poco y fui en busca de mi ropa. Cuando vi lo que era casi me ahogue con el aire. Era un vestido negro, totalmente liso con algunos detalles en el escote, en donde terminaba (cerca de la rodilla) los bordes parecían desgarrados dándole un efecto genial. Las sandalias, tambien negras, tenían poco taco, pero el modelo era hermoso. Me lo puse sin dudar. Alice tenía un exquisito gusto por la ropa. Al terminar, me mire al espejo. Por primera vez en mi vida, note que era parecida a mi padre. Sus rasgos estaban en mis ojos y en mi rostro. Pero al mirarme mejor, tambien vi algo que no había notado. Tenía rasgos tambien de Carlisle. Me quede dura de la impresión. Mi blanca piel, un poco mi nariz y alguna corvatura de mis labios hacian que me pareciera a Carlisle. Quise tocar mi rostro, pero mi mano quedo en el aire. Unos golpecitos en la puerta me sacaron de mis pensamientos.

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