¿Alguna vez deseaste lo que es imposible? ¿Que pasaria si eso se vuelve realidad?

martes, 15 de junio de 2010

5. Revelaciones

-Creo que es hora de que hables con Carlisle –dijo Jasper mientras salia del haz de luz –creo que él es el mejor para aclarar este tema.

Mientras estábamos por retirarnos, Edward rió.

-¿Qué sucede? –pregunto Jasper.

Señalo para atrás de él sin darse vuelta. Me di cuenta que esa sonrisa no era totalmente sincera ya que sus ojos estaban preocupados. En dos segundos vimos que alguien saltaba de una de las rocas más altas con alguien en la espalda. Rápidamente reconocí a Emmett con mi hermana cargada en su espalda. Los dos se estaban riendo a no dar más.

-Emmett… -murmuró Jasper sonriendo.

-Y mi hermana –seguí yo.

-¡Wow! –soltó mi hermana -¡eso es adrenalina!

-Te lo dije, Nancy. Nunca me hagas una apuesta –reía nuestro primo enorme.

Ella bajó de su espalda y vino a mi lado. Rio un poco y yo la mire a los ojos. Miro al suelo media avergonzada. Movia sus dedos impacientes, como si tendria los palillos de la bateria entre sus dedos.

-¿Te enteraste? –me dijo luego de mirarme nuevamente.

-Si –le respondí –pero hablamos después en casa.

-Esta bien.

-Emmett –dijo Jasper –vamos a la casa. Tienen que hablar con Carlisle.

-Muy bien –dijo Emmett – Hey, Edward, ¿Carreras?

-Hoy no, Emmett. Perdón –respondió un poco melancólico.

-Yo acepto –dijo Jasper sonriente.

-Elige a una –dijo en obvia referencia a nosotras –con carga tal vez sea mas difícil.

-Gracias por tratarnos como una cosa, Emmett –señalé yo y rei sarcasticamente.

-No te ofendas, Jaz –me sonrió.

-Elijo a Jaz.

-Muy bien. Nan, arriba.

Jasper me hizo subir a su espalda. Veía como Emmett cargaba a mi hermana como si fuera una pluma. Me daba cosa. La espalda de Jasper, junto con el resto de su cuerpo, estaba totalmente frío. Helado como el hielo. Me hizo escalofríos por un momento.

-¿Estas bien? –me preguntó.

-Si… -respondí.

-Edward, ¿haces los honores? –preguntó Emmett divertido.

-Si, seguro –dijo él. Me miró, sonrió con una felicidad que no llego a los ojos nuevamente–a la una…a las dos… -me sujete bien fuerte de Jasper -¡¡¡a las tres!!!

Empecé a sentir como el viento golpeaba contra mi cara. Apoye la mejilla contra la fría espalda de Jasper mientras escuchaba los gritos de diversión de mi hermana y de Emmett. De repente, siento como algo muy veloz pasa al lado nuestro. Levante la mirada. No pude distinguirlo mucho.

-Vampiro fanfarrón –logro decir Jasper –es Edward. Es el más veloz de todos nosotros.

Yo sonreí. Mi vampiro favorito. Si que sonaba raro. Volví a colocar mi mejilla contra la espalda de Jasper. Sentía como saltaba, como evitaba cada cosa que se interponía. Era muy divertido y a la vez me daba mareos. Ese vértigo termino unos pocos minutos después, ya que Jasper le gano a Emmett y llegamos antes al patio de la casa.

-¡Hiciste trampa! –gritó Emmett divertido y dejo a mi hermana en el suelo.

-Te dije que nunca me desafíes, hermano –le sonrió él.

-Emmm…creo que queremos el resto de la historia –dije mientras trataba de acomodar mi pelo.

Todos me miraron y las sonrisas lentamente se fueron. Entramos a la gran casa. Carlisle junto con los demás nos esperaban en el salón. Estaban sentados. Nosotras junto con los dos hombres que nos trajeron nos sentamos. Cada uno con alguien a su lado: Jasper con Alice, Emmett con Rosalie, Bella con Edward y Nessie, Carlisle con Esme y yo con mi hermana.

-Bueno, creo que…llego la hora –empezó Carlisle.

-Tranquilo, Carlisle –le dijo Esme.

-Estamos listas para escuchar –dijo Nancy.

-Es una larga historia –empezó –pero seria mas fácil si empezáramos con sus dudas y preguntas –sonrió.

Mi hermana y yo nos miramos. Cada vez que hacemos eso parece que nos leyéramos las mentes.

-¿Cómo se convirtieron en…vampiros? –todavía me costaba decirlo -¿Cómo uno puede convertirse?

Se escucho una risilla de todo el grupo familiar.

-Clásica –dijo Emmett.

-Todos nos convertimos en diferentes situaciones, pero siempre Carlisle nos salvó la vida –dijo Edward seriamente –tiene que ser una ultima opción el poder de convertirte. Tenés que estar muy grave.

-O sea que… ¿tenés que estar muriéndote o enfermo para que te muerdan y te conviertas? –preguntó Nancy.

-Algo así –respondió Carlisle.

-Y ustedes…Ejemm… -me olvide de preguntar eso en el bosque- ¿que…comen…? –pregunte e instantáneamente me puse la mano en el cuello.

Carlisle, junto con los demás, soltaron pequeñas risas.

–En nuestra familia nos consideramos vegetarianos porque solo bebemos sangre animal –me explicó Carlisle –por eso, no corren peligro con nosotros. No somos los unicos, tambien hay un Clan en Canada, el Clan Denali, que tambien es vegetariano.

Me reí nuevamente. Todos, inclusive mi hermana, me quedaron mirando.

-Lo siento, se me hace difícil creerlo todavía. Parece todo una locura.

Un silencio quedo en el aire y todos seguían mirandome.

-Dejando la incredulidad de mi hermana de lado –continuo Nan –quiero razonar algo: las veces que estuvieron ausentes, los cambios de humor, esos ruidos bruscos…

-De caza –dijo Jasper.

-Y apuestas –sonrió Emmett.

-Entiendo –dijo pensativa mi hermana.

-Pregunta –dije yo -¿El conde Chocula cuando viene? –y me largue a reír de nuevo.

Todos me miraron ahora medios ofendidos.

-Lo siento mucho –Nan se acercó a mi –con unos golpes se arregla.

-No, deja –dijo Edward –yo me hago cargo de ella.

Yo me quede helada. Bella lo agarro de la mano y lo detuvo. Lo miro muy fijamente a los ojos. Un silencio se hizo presente nuevamente. Su mirada parecía como que le transmitía algo. Bella parecía que se tranquilizo y soltó la mano de Edward.

-Va a estar todo bien –dijo Edward -yo me hago cargo –me miro y sonrió –seguime.

Sin decir nada, lo seguí. Me hizo subir las escaleras hasta su cuarto. Entre. Era parecido al nuestro, pero sin osos de peluches, sin mucho color, más libros, más desorden y no había cama.

-Este es mi cuarto –soltó él.

Entré y mire. Todo desordenado. Libros, películas, CDS. Típico cuarto de varón. Camine un poco y lo mire.

-¿Y la cama?

-Emmm… -asomo una pequeña sonrisa -nosotros…no dormimos.

-¿En serio? ¿Nunca? –pregunte mas incredula.

-Nunca –respondió sonriente.

-Bien… –respondí y seguí viendo –así que vampiros…

-Si… -respondió mientras me seguía los pasos.

-Aja –seguía y veía los cd´s que tenia. De clásicos a rock. Los Ramones, Tokio Hotel, Debussy, Mozart, Chopin. Ahí tambien se me escapo la risa.

-Perdón, es que…hay una mezcla tremenda…

En ese momento lo miro. Estaba semi agachado, con un rostro siniestro, duro mostrando sus relucientes dientes, labios fruncidos, las piernas como que estaba a punto de correr, los brazos hacia atrás e hizo un grito gutural. Me asuste un poco.

-¿Ed…Edward? –tartamudee con un poco de miedo. El respondió con un gruñido. Su cara, su posición, todo era muy aterrador. Sus facciones eran como que algo le daba asco -¿Edward? –pregunte nuevamente.

-No puedo soportar mas… -dijo con un cambio de voz que me sorprendió –Me haces agua la boca… -soltó otro gruñido.

-Edward, controlate…soy parte de tu familia…creo… -tartamudeaba mientras trataba de alejarme –no…no me vas a hacer daño…

Se lanzo contra mí. Sentí su piel fría contra la mía. Pegue un grito. Enseguida me vi trepada en su espalda, sosteniéndome de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura. Saltamos de su cuarto por el ventanal que estaba abierto hacia el bosque. El reía. Yo no paraba de dar pequeños alaridos.

-Tranquila –me dijo con su voz tan hermosa y melódica que me tranquilizaba –no te voy a hacer daño –me miro y sonrió –creeme.

-Confío en tí –le dije cuando llego a pisar el suelo.

-Tu lo dijiste –respondió y empezó a correr. Me apoye contra su espalda helada. En un momento siento que salta. Me animo a ver. Estábamos como volando. Todo el suelo del bosque estaba lejos ahora. Yo veía que ascendíamos.

-¿Edward? –pregunte.

-Quedate tranquila –susurró.

Vi que estábamos trepando un árbol. Pero no un pequeño árbol, sino que era uno de los árboles mas altos. Yo no podía creer lo que veía. No tenía palabras. La persona que yo mas quería aparte de mi hermana, me estaba llevando por entre medio de los árboles trepando. Yo sentía como mi corazón palpitaba fuerte como queriendo salir de su lugar. Finalmente, llegamos a la copa del árbol. Ahí me dejo en una rama segura y el tambien se sentó. Mire a mí alrededor. La vista era hermosa: bosque, lagunas, el tiempo nublado. Parecía una postal. Pero nada se comparaba con la hermosura de Edward. El estaba ahí, mirándome, con esa sonrisa que me hacia tener taquicardia.

-Entonces… ¿me crees ahora?

-Si…totalmente –le respondí mirándolo.

El hizo su sonrisa más hermosa y me la dedico. Solo para mí. Si que era lindo. Y tambien muy protector.

-¿Puedo pedirte algo? –pregunte tímidamente.

-Si –respondió.

-Quiero tocarte la cara…quiero ver como es tu…textura…

El me tomo la mano y la acercó a su bello rostro. Junto con un pequeño haz de luz que pasaba por su rostro, esos pequeños diamantes relucían de tal forma que me anonadaban. Toque su rostro. Tan frío como la nieve y la vez tan suave como el algodón. Era perfecto. No hay otra palabra para describirlo. Pase mi mano por sus ojos, sus pómulos. El cerró los ojos. Mas hermoso aun. Era la figura de un ange durmiendo. Era todo muy magico, el era magico. Mi propio vampiro. Sentia que slo lo queria para mi, un toque egoista toco mi corazon. En ese momento, Edward era solo mio. No habia nada ni nadie mas. Solo él y yo. Queria que ese momento durara para siempre. Mi mano se deslizaba por su menton, sus pómulos, ojos, labios. Me sentía como una bebe que toca la cara de su padre cuando empieza a reconocerlo. Tan solo de pensar en ello, saque inmediatamente la mano.

-¿Qué sucede? –pregunto asustado.

-Nada –mentí y baje la mirada. Él se preocupo.

-Dime que piensas.

-¿No era que leías mentes? –sonreí para infundirle que estaba bien.

-Pero acordate que la tuya no puedo ver…ni tampoco la de Bella –sonrió.

-¿Sos el único que tiene ese don? ¿Alguien más puede leer las mentes? –pregunte.

-No, solo yo. Pero Alice ve el futuro.

-Entonces ella ya sabía que mi hermana y yo íbamos a llegar.

-Si –dijo no muy convencido –pero lo que Alice ve es subjetivo. El futuro siempre cambia según lo que decidan las personas.

-Entiendo –suspiré -¿alguien mas tiene poderes?

-Bella y Nessie. Bella tiene el poder de proteger, crea como una…como explicarlo…como un campo de protección que cubre al que ella quiere. Y Reneesme tiene el poder de transmitir lo que piensa mediante el tacto, como…alguien…

-¿Quién? –pregunte interesada.

-Nadie –dijo y me miro con una sonrisa.

-¿Hay mas personas como ustedes en este lugar? –pregunte preocupada, tal vez pensando que algún compañero de colegio o tal vez algún comerciante sea como ellos.

-Como nosotros, no…específicamente…

Quede pensativa.

-No entiendo… -conteste finalmente.

-Con el tiempo vas a entender –sonrió –bueno, creo que es hora de que vayamos a casa y hablemos con Alice.

Me subió a su espalda, salto prácticamente de arriba del árbol hasta el suelo, y luego empezó a correr. Llegamos a casa en un lapso casi imposible. Entramos los dos juntos.

Vi que Alice estaba mucho mejor, pero seria. Jasper la acompañaba a su lado como siempre. Me senté al lado de mi hermana que estaba sentada en el sofá.

-Bien. Queremos saber que paso… -dije seriamente.

Alice suspiro fuertemente. Miro a Carlisle que le hizo un gesto de aprobación.

-Bien. Chicas, en la familia algunos de nosotros tenemos poderes fuera de lo que somos –me extraño que no haya dicho “vampiro” –como Edward puede leer mentes, Jasper puede manejar las emociones, Bella puede crear un campo de protección y Reneesme puede transmitir lo que piensa mediante el tacto, yo tengo el poder de tener visiones sobre el futuro. Las visiones no son seguras. Depende de las decisiones de la persona. Si la persona cambia de decisión, la visión cambia.

-Aja –dije como para impulsarla para que siga aunque ya lo supiera. La cara de mi hermana era de suma emoción.

-Hoy… “vi” algo muy importante…tienen que ver con ustedes dos… -miro a sus piernas y quedo seria. Jasper la tomo del brazo como dándole animo. Ella lo miro, sonrió y pareció decidida –vi a los Vulturis venir…a nuestra casa. Todavía no esta muy decidido. Jane quiere venir, igual que Alec y Cayo, pero Aro y Marco no están seguros. No después de lo que paso la última vez.

-¿Vulturis? –pregunto Nancy.

-Si…los Vulturis son una familia antigua y poderosa, algo similar a la realeza. Nadie les podía discutir nada ni hacer algo fuera de su voluntad al menos que quisiera…morir –contó Carlisle –En principio eran tres: Aro, Cayo y Marco. Dos mujeres se le unieron con el paso del tiempo, y los cinco constituyeron la familia. No estoy seguro, pero sospecho que es la edad lo que les confiere esa habilidad para vivir juntos de forma pacífica. Deben de tener los tres mil años bien cumplidos, o quizá sean sus dones los que les otorgan una tolerancia especial. Al igual que Edward, Bella, Reneesme y Alice, Aro y Marco tienen... talentos -el continuó antes de que le pudiéramos hacer pregunta alguna -O quizá sea su común amor al poder lo que los mantiene unidos. Realeza es una descripción acertada.

-Pero si son solo cinco…-dijo mi hermana.

-La familia son cinco…sin contar la guardia –dijo Edward.

-La última vez que tuve noticias, la guardia constaba de nueve miembros permanentes –siguió Alice -Los demás son... transitorios. La cosa cambia. Y por si esto fuera poco, muchos de ellos también tienen dones, dones formidables. A su lado, lo que yo hago parece un truco de salón. Los Vulturis los eligen por sus habilidades, físicas o de otro tipo. Ninguno de los cinco se mete en demasiados líos y nadie es tan estúpido para jugársela con ellos. Los Vulturis permanecen en su ciudad y la abandonan sólo para atender las llamadas del deber. No los llaman realeza sin un motivo, son la casta gobernante. Con el transcurso de los milenios, han asumido el papel de hacer cumplir nuestras reglas, lo que, de hecho, se traduce en el castigo de los transgresores. Llevan a cabo esa tarea inexorablemente.

-¿Hay reglas? –pregunte.

-Si, y es muy obvia –dijo Emmett.

-Si piensan un poco la adivinan –dijo Rosalie totalmente sensata.

Nosotras dos quedamos pensando.

-¿No será…que nadie tiene que saber que son…vampiros? –respondió mi hermana. Me di cuenta que cuando dijo “vampiros” lo dijo con sumo cuidado.

-Exacto –dijo Carlisle.

-Tiene sentido, y la mayoría de nosotros no necesitamos vigilancia —prosiguió Alice—, pero al cabo de unos pocos siglos, alguno se aburre o, simplemente, enloquece. Los Vulturis toman cartas en el asunto antes de que eso les comprometa a ellos o al resto de nosotros.

-Pero dijiste que no salían, entonces ¿cómo se alimentan? –preguntó Nancy.

-No salen, les traen el sustento del exterior, a veces desde lugares bastante lejanos. Eso mantiene distraída a la guardia cuando no está aniquilando disidentes o protegiendo Volterra de cualquier tipo de publicidad.

No se porque, pero si la cuestión es que esa historia me hizo sentir escalofríos. En realidad, pensar en lo que viví todo ese día me daba escalofríos. Vampiros…realeza vampirica…poderes…Pensaba que tal vez al otro día me despertaba y que veía que todo era un sueño. Mire a mi familia, mire a Nancy.

-¿Entonces porque vienen los Vulturis? –pregunte.

-No tengo idea…creemos que es para ver si Reneesme esta creciendo o no –respondió mirando a Carlisle.

-…pero… ¿a que vienen?

-Todavía no lo se…pero es algo malo.

-Aunque nosotros podemos evitarlo –dijo Edward –podemos contra ellos, mas ahora que esta Bella y los lobos.

-¿Qué lobos? –pregunto mi hermana.

-No voy a permitir que “esa” realeza se acerque –dijo una voz grave desconocida.

Yo me quede de una pieza al ver que un joven que aparentaba tener unos veinte, veintiún años entraba por la puerta que daba al salón del piano. Estaba en cuero, con un pantalón corto y zapatillas. Su piel era cobriza, morena, su cabello corto era negro, sus ojos marrones, alto, casi podría decir que media unos dos metros. Sus brazos eran enormes, y en el derecho tenia un tatuaje. Estaba en excelente forma, parecía que se mataba en el gimnasio. Me quede anonadada.

-No creo que sea buena idea ahora… -soltó Carlisle haciendo un gesto negativo con la cabeza.

-¿Quién eres? –preguntó Nancy. Sentía en el fondo que lo conocía, pero… ¿de donde?

-Hola Jaz –me dijo.

Me quede dura ¿Cómo me conocía? ¿Quién era?

-Espera –dije cuando pude reaccionar -¿Cómo me conoces?

-Soy yo –me dijo, se sentó a mi lado y tomo mi mano. Su temperatura era altísima, pensé que tenía fiebre. Sonrió –soy Seth.

-¡¿Qué?! –dije yo media incomprendida en ese mundo –no, esto ya es bastante…

-Jaz –me dijo el chico, me tomo de la cara y me miro a los ojos. Esos ojos yo los conocía. Me quede desconcertada con la posibilidad que cruzaba por mi mente.

-Seth… -salio de mi boca.

-Si, soy yo –sonrió.

-¿Pero…?... ¿Como?

-Es una historia larga…que en realidad no debería contarte… -suspiro.

En ese momento, vi que Nessie se separo de su madre y vino hacia mi lado. Yo solamente la miraba. No se acercó, solo quedo parada a pocos metros de mi.

-Seth… ¿el perro? –soltó mi hermana que hasta ese momento se había mantenido callada. A Rosalie se le escapo una pequeña risa.

-Hasta ella se da cuenta de lo que sos, perrucho –le dijo.

-Callate, rubia tonta –respondió Seth.

-Basta –soltó Edward que se había mantenido tan quieto que parecía una estatua.

-No…No entiendo –dije parándome. Nancy me siguió.

-Esto es mucho. Por favor…creo que necesitamos tiempo para analizar todo.

En ese momento, sin darme cuenta, Reneesme me pone una mano en el hombro.

-Jaz, por favor, necesito decirte algo –me dijo con su voz dulce.

Me di vuelta y la mire media confundida.

-¿Qué sucede?

Ella instantáneamente me puso su mano en mi rostro. Vi un perro enorme, color rojizo que protegía a mi familia junto con otros. Me di cuenta que uno de pelo color arena que estaba atrás del que parecía el Alfa era Seth, estaba a su derecha. Me mostró al de pelo rojizo. Su nombre era Jacob. Me mostró como se transformaba, pero tambien me mostraba el amor y el cariño que sentía ella por él y viceversa. Me dejo en claro que Seth era totalmente inofensivo. Pero me quedo la imagen de cómo se transformaba. Luego, me mostró la explicación que le daba Edward a ella: Seth junto con otros más son una manada de licántropos que están para proteger a los que viven cerca de la reserva de La Push, una reserva aborigen Quileute. Ellos entran en fase cuando quieren y están para protegernos, a pesar de que sean nuestros enemigos, según la leyenda. Pero Seth junto con Jacob y Leah no nos van a hacer daño.

Quedo ahí la visión. Esa vez no me desmaye, pero me quede sentada dura en el suelo. Mi hermana se acercó.

-Estoy bien –dije como volviendo en si –solo un poco mareada.

-Reneesme –pidió mi hermana –ahora necesito que me lo muestres a mi tambien.

-Si, Nan –asintió Nessie y se acercó a mi hermana.

No la mire. Yo solo trataba de razonar que ocurría. Hombres lobos, vampiros, vampiros asesinos…vampiros vegetarianos. Si le decías a alguien normal todo esto te creerían loco, pero en este caso yo estaba un poco mareada, pero lo creía. Mi familia es vampirezca cuidada a la vez por licántropos. Interesante. Mire a Seth. Si era posible, estaba temblando. Sus manos, su torso, todo.

-Seth, ¿estas bien? –logre decir. El, instantáneamente se acerco a mi lado.

-Si…creo –me respondió. Luego de sonreírme miro a Carlisle -No se si es seguro, pero llevarlas a La Push tal vez sea una opción.

-No –gruño Emmett –ellas se quedan acá.

Me sorprendió como reacciono Emmett. ¿Por qué tanta emoción de que nos quedemos? ¿Habría algo de que tendríamos que temer? Mi hermana volvió a su estado normal. Se notaba mareada. Ella solo sonrió.

-Nan…

-Wow –fue lo único que dijo –impresionante.

Me quede en cero. Mi hermana lo tomaba tan tranquila y yo era la única que necesitaba sentarme y asumirlo. Tantas cosas en mi cabeza hicieron que me maree. Opte por sentarme Mi hermana me miro.

-Hermana, ¿Qué te ocurre?

-Nada –mentí –estoy bien…solo que mucha información…un poco…delirante.

Seth estuvo a mi lado en segundos. Me miro a los ojos.

-Quedate tranquila, estoy acá –me dijo.

-Seth… -dije y sentía que todo daba vueltas. Sentí que me desvanecía. Cerré los ojos y me desmayé.

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