¿Alguna vez deseaste lo que es imposible? ¿Que pasaria si eso se vuelve realidad?

sábado, 11 de septiembre de 2010

12. Cambios



-Estas loca –le dije a Alice cuando me mostró las invitaciones para mi fiesta de cumpleaños, el cual faltaba ya dos semanas –estas totalmente mal.

-¿Por qué? –sus ojos llenos de inocencia y preocupación se dirigieron a mi -¿hice algo mal?

-No es eso –la consolé –solo que…estamos en una situación difícil en la familia y no creo que sea motivo para hacer una fiesta –aparte de que no me gustan dije dentro mío.

-No te preocupes –me sonrió –un perro no nos va a arruinar la fiesta –hizo una sonrisa que me hizo sentir que en algo se parecía a Edward. Le devolví la sonrisa.

Toco el timbre del cambio de horario. Era martes, estaba con Alice en Física, ahora me tocaba la hora de Cálculo. Era la materia donde estaba sola, sin ningún familiar cercano.

-¿Y? ¿Cuándo te vas a volver a ver con Taylor? –su tono era de complicidad mientras caminábamos por el pasillo del instituto.

-No lo se –respondí ya que se había ido a ver a su abuela en Seattle –pero prometió estar para mi cumpleaños.

-¡Hacen una pareja tan linda! La semana pasada estuvo muy atento–chilló tomándome del brazo y pasando su brazo alrededor del mío.

-Alice, no estamos saliendo. Solo somos amigos.

-Ay, Jaz, ¿Qué clase de amigo te regala un ramo de rosas antes de viajar?

-Uno que… -no entiende las directas me respondí a mi misma -…es bueno con su amiga.

-Si, seguro.

Nos separamos en la puerta de Calculo. Entre y me senté en mi lugar habitual, junto con Hayley.

Hayley demostró ser buena amiga. Aunque no me sentara con Josh, Zack, ella y los demás en la hora del almuerzo, en la hora de gimnasia me salvaba de varias pelotas que volaban alrededor mío y me ayudaba en lo ejercicios de Calculo. Lo bueno de ella, a diferencia de otras personas, era que no se metía en mi vida privada. Hablábamos de cosas que nos gustaban y de pasatiempos, pero nunca me preguntaba de mi familia y de mi vida personal. Estaba bueno. Me hacia sentir bien. Era mejor la relación que tenia con Hayley que con Nancy.

La hora de Calculo era aterrador, ya que se me complicaba mucho. Nos dio unos ejercicios de practica sobre algoritmos y no se que mas. Mientras salía, Hayley estaba mirándome. Yo le sonreí.

-¿Pasa algo? –pregunte.

-Nada…solo que… -empezó a tartamudear. Estaba nerviosa, porque no me miraba a los ojos –me preguntaba si te molesta que hoy me siente contigo en la hora del almuerzo… -me tomo desprevenida. Rápidamente empezó a aclarar –no aceptes si no quieres, solo que me pelee con Josh. Es un idiota y no quería sentarme con él, pero si tenés otros planes o…

-Hayley –le sonreí –puedes sentarte conmigo si quieres.

-Gracias –tambien soltó una risita –sos una gran amiga.

Ella ya me tomaba como amiga. Y tenia que admitirlo, yo tambien a ella. Mientras caminamos, ella me hablaba de Josh y sus cosas, pero yo me imaginaba la situación de la cafetería: ella en medio de los Cullen. Eso iba a llamar la atención. Pero, como siempre, mi familia me sorprendió.

Cuando llegamos al comedor, tomamos nuestras comidas y nos dirigimos hacia mi mesa y noté que solo estaban Rosalie, Edward, Alice y mi hermana. Mire a Alice y me guiño rápidamente un ojo.

-Chicos, hoy nos acompaña Hayley, no se si les incomoda.

-Para nada –soltó Alice sonriente. Mire a Hayley. Apostaba que decía “tragame tierra” o algo parecido en su mente.

-Sentite bienvenida –soltó Edward amablemente.

Nos sentamos entre medio de Edward y Alice. Sin saber como, Alice empezó a sacar charla rápidamente. Hayley se sentía un poco incomoda, pero a los pocos minutos, se soltó y hablaba muy animadamente con Alice. Demostraba que estaba muy cómoda y feliz. Había caído en el encanto de los Cullens. Rosalie estaba al lado de mi hermana escuchándola mientras mi hermana le contaba algo de la clase de Historia. Notaba como se sonreía y, como para Rosalie, mi hermana parecía ser la persona mas importante de su vida.

-¿Cómo te ha ido hoy? –me susurró Edward al oído.

-Bien –pude contestar –solo que…hay una tarea de Calculo que me esta matando.

-Tal vez pueda ayudarte –dijo mientras que en su mano estaba una porción de pizza. Miro la porción, se encogió de hombros y la metió en su boca. Mastico y tragó. Me quede sin palabras; Edward me miró y sonrió.

-¿Qué?

-Emm…nada –dije tomando mi manzana –solo que…-susurré -¿vos, comiendo?

-¿Nunca has comido tierra? –susurró todavía sonriente.

-No…nunca vi la necesidad –lo mire extrañada.

-Es parecido el sabor –respondió mientras miraba de nuevo la porción. Comió un bocado, tragó y siguió -¿Qué ayuda necesitas?

-Mejor lo hablamos…-no pude terminar de hablar ya que vi a Alice comiendo lo que parecía una hamburguesa de pollo completa. Dudaba que en su boca entrara esa hamburguesa. Es cierto, no pudo, pero pudo meterle un buen mordiscon. Miro de soslayo a Edward y sonrió triunfalmente. Ahí entendí.

-Están compitiendo, ¿cierto? –me miro divertido –y ella te esta ganando.

-No por mucho tiempo –tomó una porción de pizza mas y la comió completa. Sonriendo, mire a Alice. Todavía charlaba con Hayley, pero ahora estaba acercando su mano a las papas fritas. Se comió un manojo grande. Hayley de seguro la miro extrañada, porque soltó con ojos de suplica.

-¡Lo siento, me mata el hambre!

Sin querer, solté una risa involuntaria. Edward tambien rió conmigo. Asi estuvieron toda la hora del almuerzo. Creo que había ganado Alice. En el momento que Hayley fue con Alice a tirar los restos de comida, le pregunte a Edward sobre el lobo.

-No hay rastro de nada –murmuró –parece que era de una manada de Canadá, que salio de su limite.

-¿Pero porque vino hasta acá y quiso matarlo a Emmett…y a mí?

-Es lo que Emmett junto con Jasper están averiguando. No vinieron ya que parece que Esme reconoció el efluvio lobuno y andaba cerca de casa. Bella quedo en casa con Esme para cuidar –me miro –quedate tranquila, todo va a estar bien…

-Lo se –solté sabiendo como era mi familia, pero me sentía culpable de cambiar su vida rutinaria.

Toco el timbre avisando de que el horario de almuerzo había terminado. Me levante y tire mis restos de comida junto con Edward. La siguiente hora era Biología. Me acorde que en esa materia estaba con mi hermana.

-¿Sucede algo? –me dijo Edward que noto mi preocupación.

-Nada…es Nancy –suspire –siento como que la perdí en algún momento, solo que no se cuando…

-Ella esta pasando por un momento “post-Cullen” –sonrió por su ocurrencia –a ella le costo un poco mas que a ti lo de…bueno…

-Adopción –solté completando su frase.

-Si…-murmuro –así que dale un tiempo. Ella va a estar bien.

Llegué a mi clase. Como esos días, Nancy apenas abrió su boca para pedirme algún útil prestado o que le alcanzara algún libro. Nada mas. Yo desconocía esa faceta de mi hermana. No me gustaba nada. Me ponía incomoda. Extrañaba mucho a mi hermana que me quería con todo su corazón, que jugaba conmigo y cantaba. Ahora tal vez me quería de forma gradual.

Finalmente, las otras clases pasaron rápidamente y fue el final del día. Estaba exhausta por Gimnasia así que ni siquiera hice el intento de caminar rápido hacia el aparcamiento.

Viaje con Edward en su Volvo junto con Alice. Rosalie y Nancy iban en el descapotable de Rose. En el viaje, Alice hablaba del cumpleaños.

-Ya tengo los adornos para la escalera, las velas…

-¿Velas? –susurré y mire a Edward. Me miro de la misma forma. Sin entender nada.

-Es para el baile principal… -dijo Alice como si fuera algo obvio –se apagan las luces principales y quedan solo las velas…

-Lo siento, es que no se nada de esas cosas –reí tímidamente –creo que voy a aprender de mi hermana.

-Por supuesto –rió.

El viaje duro unos pocos minutos. Cuando llegamos, Alice rápidamente bajo y se fue. Yo estaba a punto de seguirla, cuando siento una mano fría en mi brazo. Me di vuelta enseguida y tenia a Edward mirándome fijamente mientras por su boca salía una sonrisa torcida. Mire sus ojos, estaban como dolidos.

-Edward, ¿Qué ocurre?

-Quiero hacerte una pregunta…respecto a Alice…

-Si, decime…

-Ella vio que ella te estaba adoptando –su sonrisa desapareció -¿me podrías decir porque?

Maldición.

-No lo se…

-Tus ojos me dicen otra cosa… -y sus ojos me estaban torturando. No valia jugar asi.

-Y tenés razón –suspire. No podía mentirle –yo estaba pensando…que no se como lo toma Nessie a todo esto…y tampoco Bella…

-Bella te adora –apoyo su cabeza en la cabecera de su asiento pero mirándome a mi –Y Nessie… -no pudo seguir porque empezó a reír sin felicidad.

-¿Ves? No quiero ocasionar problemas. Mejor voy con Alice y Jasper que ellos no tienen a nadie y listo.

-No es eso…Nessie esta ahora de vacaciones en el Amazonas. Necesita un tiempo.

-No…No voy a separar a tu hija de ti, Edward –abrí la puerta y la cerré con mas fuerza de las que tenia pensada. Me agache y le hable por la ventanilla baja –la decisión esta tomada – mentí. Su mirada era triste que hizo que mi corazón se desbocara - Lo siento.

Corrí hacia dentro de la casa con lagrimas en los ojos. No sabia como se lo podia tomar Alice, pero no queria pensarlo. Iba a dudar y al final no iba a hacer nada. Esme y Carlisle estaban sentados en el salón. Me miraron, Esme casi me siguió, pero se detuvo al ver mi rostro. Solo quería estar a solas. Corri por las escaleras cuando senti que la puerta se abria fuertemente. Me oculte timida en el descanso de la escalera.

-Edward, hijo… –Carlisle estaba preocupado.

-Por favor, Carlisle, ahora no.

-Edward, trata de entenderla –dijo Esme –ella piensa en la familia que ya tienes. Y eso es muy prudente.

-No puedes negar que tiene razon, Edward –continuo Carlisle.

Escuche un leve gruñido y que la puerta se abria y se cerraba nuevamente con violencia. Nunca queria ocasionar todo esto. Realmente no lo queria, pero sabia que era lo mejor.

Mantenerme alejada de Edward era mi peor castigo. Yo era muy egoista, lo queria para mi sola, queria que me abrazara, que me acune y me cante por siempre esa canción que me susurraba cuando estaba con él. Todo esto ocasionaba que ese vacio se llenara. Esa vacio imposible de llenar, tenia su forma inexplicablemente. El se habia transformado en mi todo. Sin el mi vida solo era la nada.

Decidi pararme y seguir caminando por el pasillo hacia el cuarto de Alice. Llegué a la puerta. Respire profundo, y cuando iba a golpear, una voz musical me grita desde adentro.

-¡Entra!

Sonreí y entre. Ella estaba apoyada en el ventanal mirando hacia el bosque. Cuando entre, me miro sonriendo, corrió hacia mi y me abrazo. Ese abrazo no se lo que significaba, pero quería entenderlo. Ese abrazo que parecía decir “Te entiendo lo que quieres que sea”.

Podía aceptar de que Alice me adopte y que Jasper sea como mi hermano protector, pero el abrazo de ella no llenaba eso que me falta. No como lo hacia el de Edward.

Edward.

Abrace mas fuerte a Alice.

-Gracias Jaz por pensar en mi, realmente me sentiría orgullosa ser tutora… -su voz de soprano retumbaba en su pecho pequeño.

-No digamos tutora –la interrumpí –digamos que somos hermanas adoptivas…

-Dale, estoy acostumbrada a eso –y me abrazo mas fuerte.

Pase el resto del día en la habitación de Alice. Estaba acostada en su regazo mientras ella me acariciaba el pelo. Me hablaba de todo lo que tenia pensado para Jasper, para ella y para mi. Antes que todo puse ciertas reglas que ella tenia que comprender. Primero, que no era una muñeca Barbie, así que no se ilusione con andar sacándome y poniéndome ropa a cada rato. Segundo, lo de Jasper y ella. Yo los iba a tomar como hermanos cercanos, no como tutores ni padres adoptivos. Lo acepto a todo sin ningún problema.

Jasper llego de cazar en la noche junto con Emmett. Se reunió conmigo y con Alice y supo la buena nueva. Lo tomo espectacular y hasta se animo a abrazarme.

-Te juro que no te vas a arrepentir –me había dicho con su voz profunda- te lo prometo.

Los siguientes días me sentí un monstruo. Había destruido a Edward. Casi nunca estaba en casa y en el colegio me evitaba. Pero tenia que saber que lo hacia mas que nada por él y su familia. Y había logrado un cambio. Reneesme el jueves a la noche había vuelto de su viaje a Brasil y se había unido nuevamente al clan. Abrazo a su madre y a su padre. Edward la abrazo y la beso, pero parecía que no le alcanzaba. Y la joven lo noto. Yo solo sonreía mientras Jasper me pasaba su brazo por mis hombros.

A la noche, cuando iba a cambiarme para dormir, noto que en mi cama había una nota. Nancy estaba dormida. La abro y noto por la letra que no era de mi hermana.


Te espero en el claro sur a las 23 hs. Por favor, se puntual. Reneesme


-Genial, ahora en que me metí –susurre. Mire el reloj. Las once menos cuarto. Estaba a quince minutos caminando rápido, así que tome mi anorak negro y me fui.

El clima estaba horrible. Una fina llovizna se hacia presente mientras la neblina no ayudaba y mis pasos torpes menos. Me habré caído cuatro veces antes de llegar al claro. El pastizal estaba todo mojado, las ramas tiradas, los árboles altos y fríos me hacían sentir peor, pero mi intriga por lo que quería Reneesme me podía mas, así que seguí caminando sin importarme nada. Finalmente llegue.

Ella estaba parada en el medio del claro. Tenia unos jeans azules oscuros con unas botas, un top negro con violeta y un sobretodo negro. Su pelo caía en cascada sobre sus hombros con hermosas ondulaciones. Su piel pálida parecía que resplandecía junto con sus ojos negros.

Estaba ahí, parada, esperándome.

Me pare y me mire. El jean tenia unos pequeños manchones verdes de las veces que me había caído, pero estaba bastante presentable. Igual nunca podia compararme con ella.

-Jazmin –me llamo. La mire y me hizo seña que me acercara. Sin decir nada, camine hacia ella con las manos en los bolsillos del anorak. Hacia un frío horrible.

-¿Qué sucede, Nessie? ¿Por qué me citaste aquí?

-Quería hablarte de mi padre.

Suspire. Mas problemas.

-Dime que quieres saber… -solte con indiferencia.

-Se que el te prefiere –medio que lo gruño –por eso esta así…

-Reneesme –empecé –pasaron cosas cuando vos no estuviste que…

-Se lo que paso –me interrumpió de forma abrupta. Sonrió y empezó a caminar alrededor mío con su paso delicado –decidiste irte con tía Alice y tío Jasper…pensando que así todo se arreglaría –rió de forma irónica –pero mi padre esta totalmente destrozado.

-¡No quería hacerlo, Nessie!

-¡No, seguro que no! ¡Aparte de romper corazones en el instituto y en la manada ahora tambien en el clan! –camino de una forma amenazante hasta llegar frente a mi y mirarme ferozmente –Arruinaste la vida de Seth, la vida de Taylor, la vida de mi padre y la mía apenas llegaste de Argentina. Si, todo este tiempo estuve mintiendo. No te soporto, no te puedo ni ver –lanzo un gruñido -hubiera preferido que nunca aparezcas…o que ese lobo te aplaste sin importar nada.

-Reneesme, no sabes lo que decís…

-No sos nadie para decirme lo que pienso…

-Te estas lastimando a vos misma… -intentaba que entrara en razón, pero se ponía peor.

-¡Tu me heriste apenas me di cuenta lo que eras para mi padre!

-¡No es mi culpa…!

-¡¿Qué no es tu culpa?! ¡¡¡Decilo, gritalo!!! –sus puños estaban duros a los costados de su cuerpo como amenazante.

-¡No es mi culpa que tu familia me quiera!

-¡Maldita mortal! –gritó y se me abalanzo.

De mi boca salio un grito ahogado y caimos las dos al suelo. Trataba con todas mis fuerzas empujarla para que sus dientes no tocaran mi cuello.

Era imposible. Aparte de ser mitad vampiro, tener semejante fuerza y ferocidad, estaba a su favor el hambre que tenia. Sus gruñidos que salían de su boca retumbaban en todo el claro. Mis pobres brazos luchaban para que una pared fría no me aplastara. Era totalmente imposible. El odio que sentía esta adolescente me lo merecía. No tuve que haber ido a Forks, tuve que haberme quedado en casa con Griselda, con Nancy y con mis amigos. Nunca debí arruinarles la vida. Todos estarían bien si yo no hubiera siquiera…aparecido esa mañana en la oficina de Carolina. Todo estaría mejor si dejaba todo. Taylor conseguiría a alguien mas, Seth encontraría su imprimación, Edward tendría a Reneesme y Alice…

Alice lograría superarlo. Ella es fuerte y Jasper no la dejaría sola.

Sin saber que hacía, deje de pelear. Deje que me apretara los brazos a los costados, que pusiera su pierna para sostenerme, creo que para cerciorarse que no me iba a escapar. Sentía las costillas presionadas, escuché un pequeño ruido como si se hubiera roto algo…tal vez una de ellas había cedido. Finalmente, con mis ojos cerrados, corrí mi cara hacia la izquierda y deje que su boca se apoyara en mi cuello…y que sus dientes lo traspasaran…y por fin, el dolor terminó…

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