¿Alguna vez deseaste lo que es imposible? ¿Que pasaria si eso se vuelve realidad?

lunes, 25 de noviembre de 2013

23. New Day

El factor tiempo no me afectaba. No habia pasado nada. Solo el fuego continuaba insesantemente y mi dolor, pero nada más. El latido de mi corazon desaforado estaba ahí. Podia escucharlo. Habia una respiracion superficial en ese momento. Alguien estaba conmigo ahí. No sabia si era Edward o Alice, pero alguien estaba.
Mi sentido del oído se hizo más y más claro, y podía contar los latidos frenéticos de mi corazón marcando el tiempo.
Continuaba haciéndome fuerte, mis pensamientos se hacían más claros. Cuando nuevos sonidos llegaron, podía oírlos.
Había claros pasos, el susurro del aire impulsado por una puerta abierta. Los pasos se acercaban más, sentí presión en la parte interna de mi muñeca. No podía sentir el frío de esos dedos que debieron estarlo. El fuego había herido toda memoria del frío.
-¿Alguna novedad? –preguntó Carlisle.
-Ninguna –la voz de Jasper me habia tomado desprevenida. El estaba conmigo.
La presión ahora más clara, respiraba contra mi piel quemada.
-No hay olor de la morfina.
-Si, lo note.
-Jaz, ¿puedes oirme?
No podia contestar. Todo estaba inmovilizado. ¿Estaria muerta en vida? Eso seria mucho peor. Intenté mover la boca. Pero nada, seguia como el de una estatua. Senti otros pasos llegando a la habitacion. Se detuvo a unos pasos de donde estaba Carlisle.
-¿Hay algun cambio? –la voz de Alice me tranquilizó un poco, pero aun asi no bastaba.
-No lo hay.
-Ella debe estar agonizando.
-No sabemos eso. Tenía tanta morfina en su sistema que no podemos definir el efecto que tendría en su experiencia.
Sentí una presión débil en mi codo. Otro susurro.
-Jaz, lo siento…
No podia pasarme esto. El fuego seguia en mi sistema, no podia quejarme y la voz de Alice era la peor tortura. Intente mover mis labios, pero de nuevo estaban quietos. Maldicion.
-Habra que seguir esperando.
-Yo me quedare, amor –contestó Alice –ve de caza.
-Esta bien –accedió Jasper y senti dos pares de pisadas que abandonaban el cuarto.
La presion en mi mano era la de Alice besandola.
-Jaz, aguanta. Si me estas escuchando, solo aguanta un poco mas…
Bella me habia dicho un secreto para saber cuanto tiempo me quedaba. Si alguien estaba conmigo, podia contar la cantidad de respiraciones. Eso podia hacerlo. Alice respiraba bastante fuerte, asi que no fue ninguna dificultad. Diez mil, treinta y cuatro respiraciones despues me acorde de mi hermana. ¿Cómo estaria? ¿Ya la habian transformado? ¿Estaria ella ya como una verdadera Cullen? Estaba sumamente intrigada. La última vez que la vi, estaba inconciente en los brazos de Emmett. No sabiamos que habia pasado con ella. ¿Lo estaria averiguando? Treinta mil, quinientos treinta y tres respiraciones después, unos pasos diferentes susurraron en la habitación. Fuertes y secos.
Era extraño que yo pudiera distinguir la diferencia entre los pasos que nunca había sido capaz de oír.
-¿Cuánto más? -Edward preguntó.
-No será mucho ya -contesto Alice con voz apagada -¿Ves cuán clara se está volviendo? Puedo verla mucho mejor.
Hubo un largo momento de silencio. Y  luego Edward musitó. Era un nuevo sonido, más feliz.
-Ella realmente va estar bien -suspiró.
-Claro que si.
-Tu no estabas tan optimista dos días atrás.
-No podía ver bien hace dos días. Pero ahora estás libre de todos esos puntos ciegos. Es mejor.
-¿Podrías concentrarte por mi? En la hora dame un aproximado.
Alice musitó.
-Está bien. Dame un segundo.
Respiró despacio.
-Gracias, Alice -su voz era más optimista.
Las palabras de Alice me dieron la esperanza que quizá no parecía un pedazo de galleta quemada. Era como si ya debería estar una pila de carbonizados huesos. Cada célula en mi cuerpo había sido reducida a ceniza.
Edward queria hacer un cambio y quedarse el.
El cambio de guardia para cuidar a la galleta quemada.
Escuche la brisa cuando Alice salió del cuarto. Oí el rozar de la tela cuando ella se movió. Oí el zumbido de la luz colgando del techo. Oí el débil viento cepillando contra la parte de afuera de la casa. Podía oír todo.
Abajo, alguien estaba viendo un partido. Los Jetts ganaban por dos. Escuchaba un corazon latiendo normal. Podria ser el de Renesmee. Me concentre en sus latidos.
Cincuenta  mil, trecientos dieciocho y medio segundo después, el dolor cambió.
Una de las cosas de la parte buena, empezó a irse desde la yema de mis dedos de las manos y de los pies. Se estaba yendo lentamente, pero al menos era algo nuevo. Esto tenía que ser. El dolor estaba saliéndose…
Y luego malas noticias. El fuego en mi garganta no fue lo mismo de antes. No solamente ardía, sino que también me la secaba. Tan seca como hueso. Tan sedienta. El fuego quemaba, y quemaba la sed.
También malas noticias: el fuego dentro de mi corazón se hizo peor.
¿Cómo era eso posible?
Mis latidos, ya demasiado rápidos, se levantaron y el fuego condujo su ritmo a un nuevo paso frenético.
-Carlisle- Edward llamó. Su voz era baja pero clara. Yo sabía que Carlisle lo oiría, si estuviera cerca o en la casa.
El fuego se retiraba de mis palmas, dejándolas felizmente sin dolor y frías. Pero se retiraba a mi corazón, el cuál ardió y latió a una nueva furiosa velocidad.
Carlisle entró en el cuarto, Alice a su lado. Sus pasos eran tan distintos, incluso podía decir que Carlisle estaba en la derecha, y un pie delante de Alice.
-Escuchen.
El sonido más alto en el cuarto era mi frenético corazón, punzando al ritmo del fuego.
-Ah -dijo Carlisle- Ya casi termina.
Mi alivio en sus palabras fue eclipsado por el dolor insoportable en mi corazón.
Mis muñecas estaban libres, mis tobillos también. El fuego se había extinguido por completo allí.
-Falta poco -agregó Alice impaciente- Traeré a los otros. ¿Debería tomar Nancy…?-
-Sí, matenla alejada…
¿Qué? No. ¡No! ¿Qué quería decir? Mantener a mi hermana alejada. ¿En qué estaba pensando?
Estiré mis dedos, la irritación se abrió camino a través de mi perfecta fachada. El cuarto estaba silencio a no ser por el martilleo de mi corazón mientras ellos contenían la respiración por un segundo en respuesta.
Una mano apretó mis voluntariosos dedos.
-¿Jaz?
El fuego rasgó más caliente todavía a través de mi pecho, viniendo de mis codos y rodillas.
-Los traeré ahora mismo -dijo Alice, con un ligero tono urgente, y yo escuche el sonido del viendo mientras se alejaba.
Y luego…paso.
Mi corazón se salió, golpeando como las asas de un helicóptero, el sonido como sola nota sostenida; sentí como si esto demoliera mis costillas. El fuego flameó en el centro de mi pecho, absorbiendo las últimas llamas de fuego del resto de mi cuerpo para abastecer de combustible la más grande quemadura. El dolor era suficiente para atontarme, para atravesar mi control de hierro en el juego. Mi espalda se arqueó, doblada como si el fuego me arrastrara hacia arriba desde mi corazón.
Dejé que ninguna otra pieza de mi cuerpo rompiera fila mientras mi torso estaba caído hacia la cama.
Se convirtió en una batalla dentro de mí. Mi sobresaltado corazón hacía carrera contra el fuego. Los dos iban perdiendo. El fuego estaba condenado, habiendo consumido todo lo que le servía de combustible; mi corazón galopeó hacia su último latido.
El fuego se restringía, concentrándose dentro de ese único órgano humano con una oleada final, insoportablemente. La oleada fue respondida por un profundo ruido sordo, como un hueco. Mi corazón tartamudeó dos veces, y luego sonó quieto de nuevo sólo una vez más.
No había sonidos. No respiraciones. Ni siquiera las mías.
Por un momento, la ausencia del dolor fue todo lo que yo pude comprender.

Y luego abrí mis ojos.







Bueno, hasta aqui llego esto. Gracias a todos los que leyeron esta novela que me costo bastante hacer, me tomo mucho tiempo, pero bueno. Valio la pena. Agradezco a mi hermanita twilighter Romina que desde el comienzo fue la primera que lo leyo y me siguio dando impulso para que siguiera escribiendo :) te quiero mucho Romi!! 
y por supuesto gracias a Stephenie Meyer por crear Twilight Saga y a estos hermosos personajes que me inspiraron a escribir esto.
Todos los personajes, lugares y demas pertenecen a Stephenie Meyer, menos Jazmin y Nancy Cullen que son de mi invención.

Dedicado a Nancy Monte. Te extraño mucho, mi hermanita Alice.

No hay comentarios:

Publicar un comentario