Minutos que parecian horas. En la sala no se
escuchaba nada. En realidad, para mi no se escuchaba, porque apostaba que
Edward, Bella y Renesmee escuchaban. Esme estaba apoyada contra la pared y Emmett
entraba y salia a cada rato de la habitacion sin intercambiar palabra. Alice
estaba en la sala central con Jasper para vigilar el futuro, ya que estando
cerca de Renesmee alteraba la vision. Yo miraba a Edward. El estaba inmutable
vigilando seguro la mente de Alice. Nadie decia nada. Pero mi desesperacion se
hacia notar. Y mucho. De repente, un ambiente de tranquilidad inundo mi mente.
Tenia la esperanza de que todo saldria bien. Solte un suspiro profundo. Todo me
hacia recordar a un tema de Avril Lavigne. Y la empecé a tararear…muy
despacito…
I miss you, miss you so bad
i don't forget you, oh it's so sad
i hope you can hear me
i remember it clearly
i don't forget you, oh it's so sad
i hope you can hear me
i remember it clearly
The day you slipped away
was the day i found it won't be the same
I didn't get around to kiss you
goodbye on the hand
i wish that i could see you again
i know that i can't
was the day i found it won't be the same
I didn't get around to kiss you
goodbye on the hand
i wish that i could see you again
i know that i can't
i hope you can hear me
cause i remember it clearly
The day you slipped away
was the day i found it won't be the same
was the day i found it won't be the same
I had my wake up
won't you wake up
i keep asking why
and i can't take it
it wasn't fake
it happened, you… -suspiré –you…passed by…
won't you wake up
i keep asking why
and i can't take it
it wasn't fake
it happened, you… -suspiré –you…passed by…
Edward me abrazó fuertemente mientras Renesmee
apoyaba una mano en mi hombro y Bella me besaba en la cabeza.
-Todo va a salir bien –me susurró –ya vas a
ver…
Espontáneamente, Alice estaba a mi lado, me
tomo del brazo y solo escuche un “vamos” bastante apagado.
-¿Alice? –pregunté, pero no me contestó. Mire
a Edward que tambien estaba extrañado.
Bajamos a toda velocidad la escalera hasta el
segundo piso donde estaba su cuarto. Abrió la puerta de un empujón y me hizo
entrar con ella. Su rostro estaba como duro, sin sensibilidad, sin nada. Blanco
como la nieve, medio oscuro debajo de los ojos por la preocupacion tal vez…y
los labios fruncidos. Me dio miedo. Jamas la vi asi. Parecia realmente un…un vampiro.
-Esto no puede suceder –susurró para ella
misma –no ahora…
-¿Alice? –volví a preguntar.
-¡Quedate quieta! –me dijo –esto va a
costarme, pero voy a hacerlo…
-¡¿Qué…?!
Sin advertencia alguna, estuvo a mi lado en
dos segundos, corrio mi pelo de mi cuello y me mordio.
-Al… -fue lo ultimo que dije. Despues no pude
hablar más.
Senti sus dientes afilados cortar mi garganta
y luego la ponzoña entrar en mi organismo. Los intentos de decir algo eran en
vanos, mi garganta no emitia sonido. Sentia mi corazon latir con mas fuerza,
como desesperante. Solte un grito de dolor. Los dientes eran punzantes y el
veneno caliente. Escuche que golpeaban la puerta ferozmente.
-¡Alice, abre en ese momento! –la voz de
Edward era amenazante. Alice no separaba su boca de mi cuello. Yo cada momento
me sentia mas debil y mi voz se iba apagando-¡ALICE, ABRE AHORA! –insistia la
voz de mi padre. Escuche un estronido fuerte y la puerta voló hasta chocar contra
la pared contraria -¡Sueltala! –gruñó.
Y paso algo que no pense que no pasaria nunca.
Alice separo sus labios de mi cuello y gruñó como una tigresa a Edward. Me
estaba mezquinando. Otro gruñido profundo se escuchó. Mi padre le contestó.
-Jamas la hubieras transformado –le contestó
Alice –su hermana se esta muriendo y decidieron transformarla…pero tu decidiste
transformarla mas adelante. Eso es injusto.
-¡Esta sufriendo!
-¡Sufriria mas sin su hermana! –senti sus
brazos helados en mi cintura. Di otro grito de dolor. Otros brazos tambien me
sostenian –espero que la ponzoña haya sido suficiente –le dijo Alice al que
suponia que era Jasper. Ella no habria permitido que Edward se me acerque.
El cuerpo se me fue durmiendo de a poco, como
que iba cediendo a la ponzoña. Me acostaron en la cama de Alice y Edward estuvo
al segundo al lado mio.
-Jaz, mirame…aquí estoy… -susurraba mientras
me tomaba de la mano.
-No ibas a transformarme… -solte bajito. No
podia hablar mucho.
-Si, iba a transformarte. Lo prometi –beso mi
frente –pero lo iba a hacer mas adelante…
-No me dejes… -susurré.
-No, jamas –me dijo.
De repente, me senti cansada. Cerre mis ojos y
una oscuridad inmensa atrapo mi mente. Queria escaparme, pero estaba demasiado
cansada, asi que deje que esa oscuridad me absorviera. Mi cuerpo estaba
demasiado cansado, como si hubiera corrido horas por el bosque espeso. Mis
brazos se hundieron en el colchon y suspiré. Solte el aire que habia en mis
pulmones y parecia que me iba a dormir. De repente, la ponzoña, que hasta ese
momento era solo caliente, empezó a calentarse aun más en mis venas. Sentia
fuego vivo en mi cuerpo. Grité.
-¡¿Qué hice, hice algo mal?! –se apresuró la
voz de Alice por arriba de mi grito.
-No –murmuró Edward –es el veneno.
El fuego parecia expanderse cada vez mas por
todo mi cuerpo. Fuego. Más fuego. No podia apagarlo, ya no habia forma. Era
insoportable. Sentia mi corazon que iba a mil por horas como bombeando lo que
podia apagar ese fuego. Las llamas empezaron por los brazos, siguieron por mi
pecho y empezó a actuar en mis piernas. Di otro grito más agudo de dolor. Mi
cuerpo se retorcia fuertemente, tanto que parecia que me iba a quebrar los
huesos. Senti cuatro esposas frias que me tomaron de las muñecas y de los
tobillos para que me quedara quieta. Por mas frias que eran, no podian
apaciguar ese fuego. No
podía respirar más. Me había ahogado una vez anteriormente, pero esto era
diferente. Mi garganta estaba ardiendo. Partes de mi se despedazaban, se
quebraban, se desprendían…
Más
oscuridad.
Voces, esta
vez, gritando, mientras el dolor volvía.
-¿Cuánto
tiempo la mordiste Alice? –levanto la voz Edward.
-¡No lo se,
unos dos minutos!
Senti unos
ruidos metalicos y por ultimo una inyeccion en el lugar de la mordida, otro en
mis muñecas y otro mas en mi pecho. Fue algo brusco, pero realmente no lo
senti. Todo eso seguro que era la morfina, anestesia o lo que haya sido, pero
por ahora no estaba ayudando.
La oscuridad
se precipitó sobre mis ojos con más intensidad que antes. Como un grueso
vendaje, rápido y firme. No cubría solamente mis ojos, sino a mi también con un
peso aplastante. Estaba agotada como para luchar contra ello. Sabía que sería
más fácil rendirme. Dejar que la oscuridad me empujara, mas abajo, abajo donde
no había ningún dolor ni ningún cansancio ni ninguna preocupación ni ningún
miedo.
Mi mente
seguia intacta. Podia seguir pensando claramente, muy poco, pero algo. La
mayoria de mis pensamientos eran atravesados por el dolor.
-¡¿Que
paso?! –gritó una voz grave. Seth. Maldicion.
-Lo que
tarde o temprano iba a pasar, cachorro –soltó Jasper.
El gruñido
del lobo se sintió en el cuarto, siendo tambien igualado por otros gruñidos.
No Seth. No
ahora. La noche anterior lo habiamos hablado. Esto no tenía solución. Ya habia
tomado mi decisión, la mas importante. Tenia que respetarla. Si realmente me
queria, tenia que respetarla. Pero aun asi, su voz con odio y con dolor me dolio tambien. No me gustaba herirlo.
Queria saltar de la cama y abrazarlo. Decirle que todo estaba bien y que mi
familia y yo hariamos todo para que
saliera bien, que confiara. Pero era imposible seguir pensando. Lo minimo ya
estaba siendo atacado por el dolor. Y el calor. Sentí el pulso detrás de ese
furioso fuego ahora en mi pecho, y me di cuenta que había encontrado mi corazón
otra vez, justo en el momento que hubiera deseado no hacerlo. Deseaba haber
abrazado esa oscuridad cuando todavía podía. Quería levantar mis brazos y
agarrar mi pecho abierto, arrancar mi corazón, cualquier cosa pasa deshacerme
de esta tortura. Pero no podía sentir mis brazos, ni siquiera uno de mis dedos.
Habia perdido todo sentido. El fuego ardió más y yo quería gritar. Rogar porque
alguien me matara ahora, antes que vivir un segundo más en este dolor. Di un
grito más, pero más debil. Ya no era el mismo. Pero aun se sentia el dolor.
Me di cuenta
que la oscuridad no era lo que me mantenía abajo; era mi cuerpo. Tan pesado.
Enterrándome en las llamas que ahora salía de mi corazón, extendiéndose con un
dolor casi imposible a través de mis hombros y estómago, subiendo por mi
garganta, lamiéndome en la cara. Otro grito. Este fue más fuerte.
Eso no era
lo que Seth esperaba. Escuche el gruñido furioso atravesando el cuarto y
rompiendo el ventanal. Se habia ido. No. No cuando más lo necesitaba. ¿Por qué
me hacia esto? Me habia prometido que se quedaría. Pero no. Mi Seth me habia
dejado.
Otro grito más
de dolor y las cuatro manos sosteniendome. Por un momento que parecía nunca
acabarse, era todo lo que había. Sólo la tortura encendida, mis chillidos
silenciosos, suplicando que la muerte llegue. Nada más, ni siquiera más tiempo
para hacer esto infinito, sin un comienzo y sin un final. Un infinito momento
de dolor.
La
interminable quemadura seguía violentamente.
Pudieron
haber sido segundos o días, semanas o años, pero eventualmente, el tiempo pasó
a significar algo, de nuevo.
Tres cosas
pasaron juntas, creciendo de una en otra por eso no supe cuál fue la primera:
el tiempo restaurado, el peso de la morfina descolorándose y me hice más
fuerte.
Podía sentir
que el control de mi cuerpo regresaba a mi incrementándose, y esos incrementos
fueron mi primera señal de que el tiempo transcurría. Lo supe cuando fui capaz
de mover nerviosamente mis pies y mis dedos y cerrarlos en puño. Lo sabía, pero
no actuaba en ello.
Aunque el fuego
no bajaba ni un solo grado, de hecho, empecé a desarrollar una nueva capacidad
para experimentar, una nueva sensación que apreciar, separadamente. Cada lengua
abrasadora de la llama que lamió por mis venas pude descubrír que podía pensar
a pesar de ello.
Queria
gritar, pero no podia hacerlo. Mis labios y mi boca estaban inmovilizados. No
podia gesticular ni nada. Tenía sólo la suficiente fuerza para quedarme echada
allí mientras era carbonizada viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario