¿Alguna vez deseaste lo que es imposible? ¿Que pasaria si eso se vuelve realidad?

jueves, 19 de agosto de 2010

11. Lobo

Esa noche, obligada, tuve que quedarme en el cuarto de Alice contándole con lujos y detalles lo de la cita a mi pequeña prima. Parecía que estaba más entusiasmada que yo. Tuve que contarle lo de mis sospechas de los lobos.

-No creo que Seth caiga tan bajo –soltó.

-No lo se, pero estoy segura que la moto que estaba afuera era de Quil.

-Tendré que preguntarle a Edward si vio algo…

De repente, su rostro no tenia rasgo de nada y parecía que estaba perdida en algún lugar. Creo que estaba tratando de ubicar a su hermano. Sus ojos estaban como perdidos buscando algo que pudiera servir. En un minuto volvió a su estado anterior.

-Si, sabe algo –dijo ella.

-¿Qué paso? ¿Fue Seth, cierto?

-No, fue él.

-¿Qué?

-Fue Edward que le dijo a los lobos que te cuidaran…

No seguí escuchando el resto. La furia empezó a arder dentro de mí. Sentía que una gran fuerza se apoderaba de mis puños y el objetivo era uno solo: Edward. ¿Acaso no sabia que yo podía cuidarme sola? ¿Qué se piensa que es? ¿Por qué no estuvo presente cuando llegó Taylor y hablo con el, como se haría comúnmente? No, tenía que exagerar, desaparecer y hacerme vigilar por un par de perros. Empecé a respirar hondo para calmarme. Note que trataba de no llorar. Era ridículo, pero de la bronca lloraba.

-Jaz, por favor, no te pongas así…-me rogó Alice.

-¿Dónde esta? –no me importaba si estaba en la Antartida, tenia pensado ir a buscarlo.

-No es necesario eso, Jaz…

-¿Dónde esta?

Alice me miro y luego miro el suelo.

-Lo trate de convencer, pero los lobos le hicieron el favor –suspiro –te esta esperando en la cocina ahora.

-Gracias –bufe y salí furiosa.

Seguramente ya sabía lo que me traía, porque me esperaba sentado en el sofá y miraba hacia las escaleras. Su rostro maltratado y sus oscuros ojos estaban sumergidos en cierta agonía. Las sombras de sus ojos estaban mas oscuras que de costumbre y se notaba como decaído. Al instante que lo vi de esa forma, la furia desapareció y vino a mi la desesperación. No fue a cazar, estaba hambriento pero estaba triste.

-¿Edward? –dije bajando a cierta velocidad las escaleras, corrí hacia el sofá y me refugie en sus brazos -¿Qué ocurre? –susurré.

El se limito a abrazarme, soltó un leve suspiro entre mis cabellos y apoyo su mejilla en mi cabeza.

-¿Edward?

-Estaba desesperado –murmuro –no verte me provoca esto…

-Pero vos te fuiste…

-Para no lastimar a…tu amigo –y lanzo un pequeño gruñido –que Alice no pueda verlo y que yo no sepa nada de vos me pone mas paranoico que salgas con el.

-No exageres…

Levanto su cabeza de la mía y me miro a los ojos medio enojado pero tranquilo.

-No tenés idea de lo que sos para mí.

-Creo que si. Lo mismo que tu para mi…

Lanzo una pequeña sonrisa torcida sin gracia y me acomodaba mi cabello.

-Mi cariño por ti es muchísimo mas grande. Obviamente que a Bella la amo igual que a Reneesme, pero con ellas es…diferente. En cambio, tu…

-Soy una triste mortal –añadí media frustrada.

-Asi tiene que ser. Pero me tenés a mí para que te proteja. ¿No basta con eso? ¿Tenerme a tu lado toda una vida?

-No si tengo la opción de estar contigo toda una eternidad.

-No sabes lo que dices –se enojo.

-No te enojes –suplique- por favor…entendeme…

-Creeme que lo intento –susurró.

Nos quedamos en silencio. Yo refugiada en sus brazos me sentía muy bien para ser sincera. El era todo lo que yo quería, todo lo que necesitaba para que mi vida este completa. Era mi todo. Completaba el lugar vacío que sentía y sabia que nunca se iba a ir. Y eso me hacia feliz. Sentía su cuerpo duro que me resguardaba de todo peligro.

Me preguntaba que opinaba Bella y Reneesme de todo esto. No tenían nada que envidarme, creo yo. Se que Edward pasa su mayor tiempo conmigo, pero ellas lo tenían cuando o dormía. Reneesme estaba celosa. Lo note los días anteriores. En el desayuno, en el colegio, en la casa. Me miraba de tal forma, con tanto odio, que no comprendía como podía sentir eso hacia mí. Ella lo tenía todo, hasta a Edward. Pero igual me miraba de esa forma odiosa. Si tenia la oportunidad de cazarme…nadie me salvaba.

Luego me di cuenta de otra cosa. El dolor de Alice. Últimamente, cada vez que estaba con Edward, ella parecía entenderlo, pero sus ojos me decían otra cosa. Lo notaba como me trataba, aparte de que ya su naturaleza sea así, pero me miraba diferente. Yo la quería como mi hermana, como la segunda mejor hermana que tuve. Realmente la quería a Alice. ¿Y si le daba una oportunidad? La dejaría tranquila a Reneesme todo esto y Alice estaría feliz. Aunque no me imaginaba lejos de Edward. Tendría que hacer un gran esfuerzo. Mi voz favorita interrumpió mis pensamientos.

-Ve a dormir…

-No…

-Tienes que descansar.

-No quiero separarme de ti –solté. Y creo que me puse colorada. Note una pequeña risita que retumbo en su pecho. Pero era verdad. Tal vez, era la última vez que estaba así con él.

-Esta bien –respondió –duérmete…

De a poco, empezó a resonar en su pecho una dulce melodía. Era tan tranquila y hermosa que lograba poner en blanco mi mente y relajarme. Al son de esa hermosa obra que no reconocía, cerré mis ojos y me dormí.

Al otro día, me desperté temprano. Mire la cama de mi hermana, ella parecía estar despierta, pero con los ojos cerrados concentrada en algo. No quise molestarla, así que la imité y me puse a pensar en Edward, como de mi costumbre.

A los pocos minutos, escuchamos un gran golpe que venia del piso de abajo y unos aullidos que venían del claro más cercano. Asustada, me levante y mire a mi hermana que estaba igual que yo.

-¿Qué fue eso?

-¡No se! –contesto casi gritando – ¡vamos!

Nos vestimos rápido y corrimos hacia el lugar donde escuchamos el ruido. Bajamos las escaleras y traspasamos la cocina a toda velocidad para llegar al límite del bosque. Cuando llegamos al patio trasero, Jasper y Alice nos esperaban.

-Vamos –gritó Alice que corrió, me subió a su espalda y empezó a correr.

No logre ver que Jasper había tomado a mi hermana, solo sentía el cuerpo frío de Alice y el viento pegando en mi rostro. Escuchaba más gritos y aullidos que se aclaraban conforme nos acercábamos. Finalmente habíamos llegado. Cuando logre recomponerme, mire el claro. La escena era terriblemente horrible. Mi rostro seguramente lo estaba demostrando.

Un lobo gris, delgado y con manchas oscuras en el lomo estaba a pocos metros de distancia de Emmett que estaba furioso. Rosalie y Jasper lo detenían al vampiro. Al lobo no lo pude identificar quien era hasta que escuche el grito de Seth que estaba al frente de él y levantando las manos para detenerlo.

-¡Embry, calmate!

-¡Acércate chucho, vas a ver lo que te hago! –amenazaba Emmett.

-¡Emmett basta!

Los gruñidos del lobo resonaban por todo el patio. Nancy corrió para el lado de Emmett.

-¡Emmett, calmate por favor! –le pidió y le paso los brazos por la cintura –por favor, calmate.

Edward estaba en medio de ellos dos junto con Carlisle. Los demás estaban alrededor esperando quizás alguna orden para detenerlos. Corrí hacia Edward.

-Edward, ¿Qué ocurrió? –grite.

-Emmett hablo con Embry sobre Nancy –me dijo mientras me empujaba suavemente con su brazo izquierdo un poco detrás de él como protegiéndome -Empezaron a discutir y Embry se enojo tanto que entro en fase.

En ese momento, Embry estaba tenso, su pelo estaba encrespado a causa de la furia. Otro lobo apareció del bosque y se puso al frente de él. Lo quedo mirando tambien del mismo modo. Pude identificar ese pelo rojizo y esos ojos. Jacob. Seguramente estaban leyéndose la mente.

-¿De que hablaron?

-Embry esta enamorado de tu hermana –me respondió –y Emmett no lo soporta.

-¡¡Emmett basta!! –gritaba mi hermana que lo estaba sosteniendo. Los gruñidos de mi primo se hacían oír por arriba de los gruñidos del lobo.

En ese momento, Seth se da vuelta y me mira. Su mirada reflejó dolor. Leyó sin querer la mente de Edward y lo supo todo. Edward lo noto y se puso tenso tambien. Seth me miraba como si lo hubiera traicionado. Sus ojos estaban afligidos y a la vez desconcertados. Mi mirada seguramente pedía explicación y bajó su mirada. Yo la seguí. El brazo de Edward estaba alrededor de mi cintura y muy tenso. Luego miro a Edward. El aludido rugió.

-Edward, ¿Qué ocurre? –murmure.

-¡¿Tu tambien perro?! –rugió.

-No te metas –gruñó por lo bajo Seth totalmente enojado –ella tambien me quiere.

-¿De que estas hablando? –grite.

Mire de soslayo a mi hermana. Emmett había reaccionado, se calmo y ahora la estaba abrazando junto con Rosalie. Mire a Seth.

-Son inestables… –soltó Edward –…y peligrosos.

-Nunca le haría daño –gritó Seth.

-Edward –dije. El no me miró –Edward –esta vez mi voz sonó como a suplica. Me miro -¿Qué sucede?

Suspiró. El aliento frío recorrió mi rostro y mi pelo. Me abrazó. Su cuerpo frío me rodeó y una terrible sensación se produjo en mí. Lo quería. Y mucho. Lo necesitaba más que a Seth. Suspiré y pasé mis brazos por su cintura. Ese refugio era lo que quería. Lo que ocupaba ese lugar vacío dentro de mí. Lo que la vida se había llevado injustamente hace casi tres años parecía que volvía a tenerlo. Mi refugio. Mi seguridad. Mi padre.

Escuche un aullido y detrás de eso un gruñido demasiado fuerte. Otro gruñido proveniente del pecho de Edward retumbó en mis oídos. Mire detrás de mí y estaba un lobo del color de la arena, tal vez un poco mas claro que estaba con su pelo erizado y mostraba los dientes hacia Edward.

-Seth –murmuré. Mire a Edward. Su mentón estaba duro y el rostro reflejaba que estaba furioso –por favor, no le hagas daño.

Otro aullido lastimero se hizo presente. Y todo paso velozmente.

Mire a mi hermana. Estaba con Esme, Nessie y Rose ya dentro de la casa. Mire hacia mi derecha y estaba Alice preparada por cualquier cosa. Y Carlisle con Jasper y Emmett delante de nosotros protegiéndonos de algo que tal vez vieron venir. En un momento, observe que Embry con Seth estaban como a punto de saltar sin hacerles caso a Jacob que estaba delante de ellos. Y ocurrió.

Un viento suave, a la vez frío, sentí en mi rostro y algo duro en mi pecho. Vi que corría a una velocidad que no era la mía. Sentí unos brazos helados que me tomaron por la cintura y me abrazó corriéndome hacia un lugar lejano. Luego escuche un estruendo que resonó en todo el bosque. Mire quien era la persona que estaba conmigo. Alice. Me había tomado y me llevo más cerca del bosque bien alejado. Rápidamente mire hacia el centro del claro totalmente perdida. Busque a Edward; estaba con Emmett en posición de ataque. Vi a un lobo totalmente desconocido, que iba corriendo a toda velocidad hacia el lado de Edward. Embry, Jacob y Seth lo golpearon de costado e intentaron atacarlo, pero era sumamente rápido y se levanto en menos de un segundo.

-¡¡¡Nancy!!! –escuche la voz de Rosalie que gritaba desde la casa.

Eso me descolocó. Miré rápidamente hacia ese lugar y vi que mi hermana corría hacia Emmett. Iba a la máxima velocidad que le hacia posible. La desesperación se hizo presente. Mire a Alice que reaccionó de inmediato y corrió a salvar a mi hermana.

Pero fue tarde.

Nancy ya estaba en brazos de Emmett, que se dio cuenta rápidamente, la rodeó con sus brazos y se corrió del trayecto del gran lobo negro con blanco desconocido. Alice quedo en medio, pero Jasper corrió y la empujó. El choque del lobo con mi primo fue inevitable.

-¡¡Jasper!! –gritó Carlisle y fue a su lado.

Yo había quedado sola. El lobo tambien se dio cuenta y no paro de correr. Corría hacia mi dirección. Me quede paralizada. El piso se movía como si fuera un terremoto. No sabia que hacer. Gritar no podía, mi garganta no reaccionaba. Moverme menos. Mis ojos solamente miraban ese bulto negro y blanco. El lobo estaba ya a pocos metros de mí, cuando Jacob con Seth lo derrumbaron de costado y yo fui atrapada por algo duro y frío que nuevamente me atrapó en sus brazos y me llevó lejos. Edward me subió a su espalda y corrió por el bosque hasta mantenerme alejada del claro. Yo no reaccionaba, estaba totalmente paralizada. Mire hacia detrás de mí. Carlisle con Alice nos seguían. Llegamos a un claro más grande donde nos esperaban Sam con la otra manada. Edward me bajo de su espalda, me tomo de la cintura y me acercó junto con él a la manada. Estaba furioso.

-Edward –logre decir –tranquilo.

-¡¡¡¿¿¿Quién era ese lobo???!!! –gritó ya estando al frente de Sam. Lo tome de su mano helada y le puse mi otra mano en el pecho. “Como si pudiera detenerlo si le agarrara las ganas de atacar” me dije. Igual no saque mi mano de su pecho.

-No lo sabemos –dijo Sam que parecía un poco confundido. Detrás de él estaba Jared y Paul, los que se habían transformado después de Sam. Paul era el mas inestable, según Seth, pero Jared era mas pacifico –no es de nuestra manada.

-Edward, hijo –la voz calmada de Carlisle se hizo presente –deja que hable yo.

Edward, aun no muy convencido, asintió y me alejo hasta que quede al lado de Alice. Él quedo al lado de su padre.

-¿Estas bien? –le pregunte a Alice.

-Si, solo preocupada por saber quien es ese lobo –sus ojos estaban realmente alarmados.

-Tranquila, todo va a salir bien.

-Intentamos saber quien es ese lobo. Era un poco más grande que Jacob, negro con blanco…

-Jacob nos informo –dijo Jared –sabemos como era.

-¿No tienen alguna otra manada, otro tribu por el lado de Canadá? –preguntó Carlisle.

-Tribus hay por todos lados –dijo Sam –pero yo no recuerdo ninguna que tenga lo mismo que nosotros…tengo que hablar con el Consejo. Prometo que cualquier información que obtenga se la haré llegar –realmente parecía preocupado.

-Se lo agradecería de corazón –se sinceró Carlisle –intento atacar a Nancy y a Jazmin…

-¿Cómo que las intento atacar? –soltó Sam sorprendido y a la vez enojado.

-Nancy estaba en los brazos de mi hermano –los labios de Edward estaban fruncidos –y Jaz estaba del otro del lado del bosque cuando corrió hacia ella. Seth, Jacob y Embry lo atacaron, pero pudo huir. Antes de que llegara a tocarla yo ya la había quitado de su camino.

-La manada esta para proteger a la gente de…bueno, ya saben –no intento explicar esa parte –pero no para atacarlas…

-Estaría conforme con que hablen con el Concejo –respondió formalmente Carlisle –y que nos informaran.

-Te lo prometo, Carlisle –el respeto de la manada de Sam hacia Carlisle me sorprendió de tal manera como todas las veces anteriores –voy a hacer lo posible.

Sin decir mas nada, nos fuimos. Edward me cargo a su espalda y corrimos hasta la casa. Cuando llegamos, corrí en busca de mi hermana que estaba con Emmett y Rosalie.

-Nancy –la llame apenas había puesto un pie en la sala. Ella se levanto del sillón y me abrazó. Estaba llorando. La abracé –ya esta, estamos bien.

-No todos –dijo Edward.

-¿Quién salio herido? –preocupada mire a toda mi familia. Esme no estaba ni tampoco Jasper. Ahogue un grito. ¿Había pasado algo con Jasper? ¿No se había salvado? ¿Esme corrió detrás de mi hermana y resultó herida?

-No es nadie de nuestra familia –Carlisle miró a Edward –es Embry.

Ahora entendía la reacción de mi hermana. Emmett no le habría permitido verlo. Mire a Edward.

-Esta en la cocina con Seth, Esme y Jasper –la mirada de Carlisle me tomo desprevenida –es mejor que tu hermana y tú vayan a descansar.

Mire instantáneamente a Edward.

-¿Embry esta bien? –pregunte mientras mi hermana levantaba la cabeza y miro a Carlisle.

-Si, los lobos sanan rápido –sonrió –es mejor que vayan a descansar.

-Haremos lo posible –dije –vamos Nan.

Las dos nos dirigimos a nuestros cuartos. Mi hermana no me hablo. Estaba sumida en sus pensamientos. Se me hacia duro no poder hablarle ni hacer nada. Si hablaba tal vez la lastimaría, así que opte por mi silencio. Su rostro pálido, sumido en sus pensamientos era algo que me impedía ser feliz. Nos acostamos sin taparnos, sin decirnos nada.

No se si era yo, pero la única mirada que me dedico mi hermana creo que era de dolor.

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